El incidente se originó en una sala de terapia intensiva donde se atendía a pacientes con coronavirus el último sábado
El balance de muertos por el incendio registrado el sábado en un hospital de Bagdad ascendió a cerca de 130, informó la Comisión de Derechos Humanos de Irak, a cargo de investigar el incidente que empezó en una sala de terapia intensiva donde se atendía a pacientes con coronavirus y que desencadenó protestas en el país.
El organismo indicó a través de su cuenta en la red social Facebook que «la cifra aproximada de mártires, según los testimonios obtenidos, podría alcanzar los 130, incluidos guardianes de los pacientes en el hospital».
La comisión indicó que hay muchos cuerpos que todavía no fueron identificados «debido a que la intensidad del fuego desfiguró sus cuerpos», y concluyó que el incendio «fue causado por la explosión de una bombona de oxígeno» en una de las unidades de cuidados intensivos del hospital, en el que estaban ingresados decenas de pacientes de coronavirus.
«Las salas estaban saturadas de familiares de los pacientes hospitalizados, lo que es prueba de la falta de compromiso de la administración del hospital con las instrucciones del Ministerio (de Salud) sobre la entrada de personas», apuntó en un comunicado reproducido por la agencia Europa Press.
El organismo criticó además «la ausencia de un sistema de alarma temprana para avisar y notificar a los ciudadanos sobre el fuego o un peligro», antes de agregar que las tareas de evacuación fueron llevadas a cabo «en su mayoría» por los visitantes que se encontraban en el lugar.
El ente oficial apuntó contra la administración del hospital y anticipó que serán llevados a la justicia por «negligencia». Videos colgados en las redes sociales al momento del incendio muestran a bomberos que intenta apagar las llamas mientras familiares de personas internadas buscan a sus desaparecidos y enfermos tratan de salir del edificio. El hecho desencadenó una protesta el domingo para reclamar el cese del ministro de Salud, Hasán al Tamimi, suspendido ese mismo día en sus funciones.
El primer ministro iraquí, Mustafa al Khadimi, además echó al director del hospital Ibn al-Khatib -sobre el que un tribunal emitió más tarde una orden de arresto- y a otros funcionarios en respuesta al calamitoso incendio, por el cual decretó además tres días de duelo nacional. El premier también autorizó considerar «mártires» a los fallecidos, lo que otorga a sus familiares beneficios económicos, según recoge la agencia de noticias oficial, NINA.