Así lo advirtieron organizaciones humanitarias en sus relevamientos
Los confinamientos y restricciones impuestos por la pandemia de coronavirus dispararon los índices de violencia de género en Centroamérica y empujaron a más víctimas a emigrar hacia Estados Unidos, advirtieron organizaciones humanitarias.
«Si la gente ya estaba experimentando violencia, entonces fueron encerrados en sus comunidades, encerrados en sus hogares con esa violencia», explicó a la cadena CNN Meghan López, vicepresidenta regional para América Latina del Comité Internacional de Rescate (IRC por sus siglas en inglés).
Además de estar «atrapadas» con los hombres que las violentan y en situaciones más vulnerables, López subrayó que las mujeres y niñas corren un alto riesgo de sufrir «daños graves o la muerte», ya que la mayoría de servicios de asistencia de la región se vieron cerrados o interrumpidos con las cuarentenas.
Esta ONG constató una importante degradación de la situación desde el inicio de la pandemia a través de su plataforma de asesoramiento CuéntaNos -disponible en El Salvador y Honduras-, en la que las búsquedas relacionadas con la protección contra la violencia de género se multiplicaron por 30.
Una situación que empeoró incluso en noviembre, tras el paso de los huracanes Eta e Iota, que dejaron a 3,4 millones de personas con necesidad de asistencia urgente. Tras perder sus hogares, muchas mujeres y niñas se alojaron en refugios llenos más allá de su capacidad, donde la privacidad es limitada y los informes de violencia sexual van en aumento, indicó IRC en un comunicado. Como ejemplo, las solicitudes de información sobre protección y servicios para mujeres en CuéntaNos se duplicaron de octubre a noviembre del año pasado.
También la ONU alertó sobre el impacto de la Covid-19 en los niveles de violencia en la región, al señalar que ha agregado factores de estrés para las personas amenazadas en El Salvador, Guatemala y Honduras. «Las restricciones de movimiento impuestas, así como el cierre de las fronteras les ha obstaculizado las vías para huir del peligro, mientras que muchas formas de violencia, entre ellas la violencia doméstica, se han agudizado durante los confinamientos», indicó Naciones Unidas en un comunicado.
Un 20% de los migrantes centroamericanos se desplazó hacia Estados Unidos en unidades familiares para huir de la violencia, mientras que algunas mujeres y niñas reportaron ser víctimas de violencia sexual y de género a manos de pandilleros, según un sondeo efectuado en diciembre pasado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y Unicef a más de 3.100 personas. Estos organismos no sólo constataron situaciones de violencia en los países de origen, sino también durante la travesía hacia Estados Unidos.
Los testimonios de familias migrantes recogidos por Unicef en las localidades fronterizas mexicanas de Ciudad Juárez y Tijuana indicaron graves abusos de los derechos humanos durante el viaje, como extorsión, abusos sexuales, secuestros y tráfico de personas.