El santafesino, de 38 años, tiene una carrera marcada por su talento pero también por una seguidilla de lesiones que lo sacaron de la actividad tres temporadas
El escolta campeón olímpico Carlos Delfino, actualmente en Pesaro de Italia, contó este sábado que está con «más ganas» de continuar la carrera que de retirarse luego de la lesión sufrida en la fascia plantar del pie izquierdo hace dos semanas.
«Estoy con muchas más ganas de seguir jugando que de retirarme», comentó el santafesino ex NBA.
«Me venía molestando un poco el talón, pero no le dí mucha bola. Era el pie sano, no el súper toqueteado, pero seguí entrenándome mucho, hasta que en el último partido que jugué, me pegó el tirón y pasó de una molestia chiquita a ‘me rompí algo'», describió el basquetbolista.
Delfino, de 38 años, tiene una carrera marcada por su talento pero también por una seguidilla de lesiones que lo sacaron de la actividad tres temporadas.
«Ahora estoy mucho mejor. Ya hay días sin dolor, pero por experiencia, sé que es el momento en el que tengo que hacerle mucho caso a los doctores», afirmó.
«Se me trabó un poquito la cabeza, porque quería terminar el año sano. Si miro el vaso medio lleno, el torneo prácticamente lo terminé y no me rompí. Esto es como doblarte un tobillo. Pero me quedó un poco de sabor amargo. Quería también llevar al equipo a los playoffs, pero quedamos en el medio», reflexionó Delfino en una entrevista con el sitio Básquet Plus.
El ‘Lancha’ es uno de los dos integrantes de la Generación Dorada todavía en actividad junto con Luis Scola, de 41, quien también está en la Liga de Italia.
De hecho, el interno y capitán del seleccionado argentino continuó un año más para llegar en plenitud a los Juegos Olímpico de Tokio, postergados un año por la pandemia del coronavirus, y Delfino sueña «como todos» con ganarse un lugar en la nómina.
«Obviamente quiero ir a Tokio, pero para eso tienen que pasar cosas. Si me llaman a una preselección, pienso que puedo estar preparado y para que me vean. Después, el entrenador llevará a los 12 que crea. Yo controlo las cosas que me tocan a mí. No me voy a tirar para atrás con eso», adelantó.
«Ser parte de un equipo no es lindo solo cuando jugás los 40, como en el Mundial de Turquía. Ahora, si tengo que ir para dar un grito de aliento, ayudar en un vestuario o ser el número 12, para mí tiene igual un valor importantísimo. Yo gané una medalla de oro olímpica jugando muy poco. Y sé lo que es apoyar a un equipo, jugando o no. Yo estoy abierto a cualquier posibilidad», concluyó.