Tras las declaraciones de la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, quien afirmó que no le va a "temblar el pulso para tomar las medidas que hagan falta para cuidar los precios"
Dirigentes de entidades agropecuarias calificaron hoy de «disparatadas» las declaraciones de la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, quien advirtió que el Gobierno tiene «en análisis» un aumento de retenciones con el fin de «cuidar los precios» en el mercado interno.
La funcionaria había advertido: «No me va a temblar el pulso para tomar las medidas que hagan falta para cuidar los precios».
El presidente de la entidad cooperativista Coninagro, Carlos Iannizzotto se preguntó: «¿Nuevamente declaraciones de este tenor?».
«Estos dichos intempestivos enervan a nuestros productores, generan preocupación y acrecientan la grieta», alertó.
También dijo que en el campo ya saben que «el kirchnerismo apela a ese doble discurso de amenaza que dista de la política de diálogo que predica».
En declaraciones radiales, Español dijo estar «preocupada por el dato de que una familia necesite 60.784 pesos para no ser pobre», tal como informó el INDEC el jueves.
La funcionaria admitió: «nos preocupa la inflación. Y las presiones en el precio de los alimentos las tiene todo el mundo.
La Argentina produce alimentos y los exporta. El problema es desacoplar los precios de exportación del precio interno».
Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, consideró en diálogo con la agencia NA que «sería conveniente que aparezca otro vocero del Gobierno rápidamente a aclarar lo que sería un nuevo error garrafal».
«No es restringiendo exportaciones o subiendo retenciones el mensaje de confianza que hoy necesitamos para aumentar la inversión, la producción y el trabajo que tanto necesita nuestro país», sostuvo el dirigente ruralista.
Añadió que «está demostrado que estas medidas que ya se aplicaron en el pasado reciente y no lograron el efecto buscado, el consumo de carne bajo 10% y el precio estuvo 50% arriba del promedio inflacionario hacia el final, porque la producción bajó drásticamente».
«Este juego de anuncios disparatados y reuniones inconducentes con planteos repetidos y voluntaristas, prometiendo difusos incentivos a la producción, solo suman a destruir la confianza, principal activo necesario para poder construir un programa económico que permita bajar la inflación», consideró Pelegrina.
Por su parte, Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), resaltó: «Hemos dicho hasta al cansancio que si no se revisa la cadena y especialmente la parte impositiva, jamás se van a modificar los precios locales de las mercaderías».
«Indudablemente, el trasfondo de todo esto es un tema recaudatorio, no se trata de morigerar precios sino de recaudar.
Lo único que se hace con las retenciones es perjudicar al productor y no se va a lograr absolutamente nada con los precios de la canasta familiar», alertó el dirigente.
Salaverri consideró que el Gobierno no es consciente del clima de «tensión» en los productores agropecuarios que producen este tipo de amenazas.
«No están dadas las condiciones para tirar de la cuerda o hacer declaraciones totalmente irresponsables», advirtió el ruralista.
Para Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), medidas como las propuestas por la funcionaria «atentan contra la confianza del sector».
«Justamente ayer en la reunión de la Mesa de Enlace con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, hablábamos de que hay que crear un marco de confianza para que se puedan llevar adelante diferentes proyectos, y en menos de 24 horas aparecen estas declaraciones que son una contradicción total. Es muy difícil llevar adelante un proyecto con dos posiciones tan contrapuestas y tan contradictorias», advirtió Chemes.
Mientras, la diputada nacional del PRO por Entre Ríos Alicia Fregonese, criticó también a Español: «El Gobierno nacional vuelve a amenazar al campo porque no puede solucionar el problema de la inflación», advirtió.
Fregonese indicó que «el Gobierno culpa al campo de las cuestiones que no puede resolver. Se repite en sus amenazas contra el sector porque no encuentra soluciones reales a los problemas de la inflación. Lo peor es que cada vez que amenazan se frenan aún más las inversiones».