Por Fernando Cesaretti para CLG
En 1927, Pedro Maffia llega en gira con su orquesta y una compañía teatral a Rosario. Antes de una función van a la cárcel de encausados de calle Zeballos a visitar al autor de varios tangos célebres, entre ellos “Don Juan”, el violinista Ernesto Ponzio, allí alojado por haber asesinado a un hombre en 1924 en una timba de la zona prostibularia de Pichincha.
Vemos agachado en el centro de la imagen a un joven integrante de la orquesta, el pianista Osvaldo Pugliese y arriba de él a Maffia y a su lado el “Pibe Ernesto”, que además del crimen citado, tenía un prontuario policial con varias entradas por lesiones contra terceros y cargaba con una larga fama de matón y pendenciero, peligroso cuando ebrio, por lo cual provocaba más repulsa que simpatía. El evidente desagrado e incomodidad en el rostro de Pugliese, parece confirma ese rechazo.