CLG dialogó con la directora del equipo de la Pastoral, Viviana Wille Bille, quien puso en palabras lo que se vive los barrios más vulnerables: "La pandemia exacerbó una situación estructural ya existente"
El ya dañado tejido social del país sufrió un embate aún mayor con la llegada del coronavirus al país en 2020. Los elevados niveles de pobreza recrudecieron en la pandemia, lo que empeoró aún más la situación social y económica en los barrios vulnerables. En ese sentido, el rol de las organizaciones que se dedican a contener y ayudar a los más necesitados se volvió más crucial que nunca. Una de ellas es la Pastoral Social Rosario, que ve con preocupación la realidad actual de los barrios de la ciudad, atravesados por la crisis económica, la inseguridad y las adicciones. La directora del equipo de la Pastoral, Viviana Wille Bille, dialogó con CLG.
«Estamos viendo que esta situación empeora día a día», lamentó la referente de la organización dependiente del Arzobispado de Rosario.
«El empeoramiento evidentemente tiene mucho que ver con la pandemia pero no es una situación exclusiva. La degradación de las condiciones sociales y económicas estructurales viene de mucho tiempo atrás, lo que ha hecho la pandemia es exacerbar esa situación. El gravísimo problema que se suma es el de la inseguridad. No estoy diciendo nada que no se haya dicho, pero esto es lo que vamos detectando», expresó.
En ese marco, se refirió a la situación escolar que atraviesan los más pequeños: «Los chicos necesitan esa comprensión que presenta la escuela, porque viven situaciones familiares realmente complicadas. Desde la escuela tratamos de acompañar en todo lo posible, ya sea repartiendo los bolsones de comida que nos manda el Ministerio o lo que viene desde las parroquias de Cáritas, o también acompañando desde lo emocional».
Además, Wille Bille relató la cruda realidad de la inseguridad y la delincuencia, que no sólo afecta a los jóvenes del barrio, sino también a las instituciones educativas: «En las escuelas de los barrios periféricos vemos esta situación de inseguridad. Cada tanto nos enteramos de algún hermano, primo o pariente que lo mataron en una balacera o situaciones de esa índole». Y agregó: «También sufrimos muchos robos en las escuelas, ya no sabemos qué más nos van a robar».
«Trabajo en la primaria Jesús Obrero y la secundaria Espíritu Santo, en Pasco al 7200. Por ejemplo, el Ministerio nos mandó un dinero para poder instalar más lavamanos y garantizar las condiciones de higiene. Terminamos de instalarlos y a los quince días nos robaron los lavamanos y la bomba de agua que habíamos comprado. También nos roban los cables de la luz y teléfono», ahondó.
Como si no alcanzara con los robos, este colegio también debe funcionar sin internet, servicio que se volvió crucial en el contexto de la pandemia y las clases virtuales: «Somos las que más necesitamos internet para poder acompañar al chico y nos roban los cables o nos cobran precios impagables por el servicio».
En ese sentido, la directora del equipo de la Pastoral Social resumió lo que se vive en los barrios: «Es una situación de violencia en general. No hablamos sólo de la inseguridad que aqueja al ciudadano; sino también de desocupación, de adicciones, de destrato; toda una lista que podemos hacer en términos de violencia. Es mucho el dolor que detectamos y compartimos».
Al ser consultada sobre si durante la pandemia se incrementó la delincuencia y el consumo de sustancias en los jóvenes, señaló: «En la escuela donde trabajo, gracias a ese trabajo de acompañamiento y presencia, en nuestros chicos no hemos detectado ese tipo de problemas; pero lo vemos en el entorno. Justamente lo que nos duele es que más de una vez ex alumnos de la escuela los vemos entre las víctimas de la delincuencia, o que caen en la situación dramática de la droga. Por una parte entendemos que protegemos todo lo que podemos a los que podemos contener, pero a los que no llegamos están en una situación muy dolorosa».
Por último, Wille Bille cuestionó a los tres niveles del Estado: «Falta presencia del Estado en los barrios. Hace unos días estuvo el intendente por acá, que es una persona con la que podemos dialogar. Antes de que llegue toda la gente de la Municipalidad vino a arreglar las calles y los árboles porque venía él al barrio, pero después no los vemos más. A nivel provincial es lo mismo. Se dijo que el gobernador estaba planteando la posibilidad de que todas las escuelas sean equipadas con internet, pero nosotros no tenemos, ni siquiera pagando. Ahí también vemos la ausencia del Estado, ni hablar a nivel nacional con lo que tiene que ver con el empleo y la parte económica. No están haciendo todo lo que necesitamos que se haga».