El crecimiento exponencial de los casos de coronavirus en la provincia llevaron a las autoridades a tomar medidas de urgencia para que no colapse el sistema de salud. Todo se encamina a que las disposiciones se mantengan en el tiempo
La segunda ola de coronavirus desató un fuerte crecimiento de casos positivos y en este marco, el gobierno provincial instrumentó una serie de medidas restrictivas que apuntan a bajar la circulación de la gente y mantener la mayor cantidad de actividades productivas posibles, garantizando las clases presenciales. Las nuevas disposiciones empezarán a regir este viernes 23 de abril y se extenderán hasta el último minuto del domingo 2 de mayo.
Luego de muchos rumores y reuniones, el miércoles por la noche se conocieron las nuevas restricciones del gobierno provincial por la segunda ola de la pandemia y frente a la saturación del sistema de salud. Algunas medidas fueron confirmadas por el gobernador Omar Perotti y otras detalladas en la conferencia posterior de la ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano. Luego, pasadas las 23, se publicó el decreto que lleva la firma del mandatario. Vale aclarar que las autoridades municipales y comunales podrán disponer mayores restricciones.
En ese sentido, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, y el secretario de Salud de la ciudad, Leonardo Caruana, brindaron una conferencia de prensa este jueves por la mañana donde respaldaron lo decidido por el gobernador. «Tenemos el objetivo que siempre es sanitario, pero también vivimos en una ciudad donde no queremos ver persianas bajas, empleos perdidos y chicos sin escuela», expresó el mandatario local.
Javkin remarcó que «el sistema de salud no solo atiende Covid, sino también accidentes de tránsito, cuestiones relacionadas a la violencia y otras patologías que con la cuarentena no se trataban y eso hacía que haya más camas». Por eso, sostuvo que «vamos a tomar las medidas necesarias para ampliar la cantidad de camas».
«El virus no grita, no vota, no tiene opinión en las redes sociales. Contagia, avanza y ocupa camas», lanzó el intendente, a lo que se sumó la advertencia de Caruana: «La curva sigue en ascenso y por eso hablamos de una situación de mayor riesgo». Tanto los funcionarios locales como provinciales insisten con que la segunda ola es «mucho más agresiva que la primera», por eso solicitan a la población que respete las medidas dispuestas.
En caso de que las disposiciones sanitarias no impacten de la manera deseada, los ministros de Perotti se encargaron de confirmar que se irá hacia un esquema más restrictivo: «Está claro que estamos en presencia de una primera instancia, si da resultado, mejor. Si no, se introducirá una mayor restricción”, advirtió esta mañana el ministro de Trabajo de Santa Fe, Juan Manuel Pusineri. Por su parte, el ministro de Gestión Pública de la provincia, Marcos Corach, dijo: “Tomamos estas medidas hasta el 2 de mayo. Si vemos que esto no da resultados y todo empeora, continuaremos con las medidas y asistiremos a los sectores perjudicados».
Qué está permitido y qué está prohibido
Entre las cosas que se podrán seguir haciendo, se sostendrá la actividad productiva, las clases presenciales con la modalidad de burbuja y las actividades religiosas con un aforo del 30 por ciento. Al mismo tiempo, la actividad comercial se habilitará hasta las 19 horas y los comercios de productos alimenticios podrán funcionar hasta las 20. Además, los bares y locales gastronómicos podrán permitir el ingreso de personas hasta las 23 y a las 00 ya deben estar cerrados.
Los shoppings seguirán abiertos respetando el aforo establecido, pero no funcionarán los patios de comidas. Sí podrán abrir sus puertas los bares y restaurantes de estos centros comerciales que tengan ingresos independientes a la calle. El público podrá acceder a los locales siempre y cuando no superen la cantidad de personas permitidas por metro cuadrado.
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En cuanto a lo que no se podrá hacer, se suspenderán las actividades y reuniones sociales en domicilios particulares, salvo para asistencia de personas. Tampoco podrán realizarse prácticas recreativas de cualquier deporte en lugares cerrados donde participen más de 10 personas o que no permitan mantener el distanciamiento mínimo de 2 metros entre participantes, y se cancelan las competencias deportivas provinciales, zonales o locales de carácter profesional o amateur no habilitadas expresamente por las autoridades nacionales.
A su vez, se suspenderán actividades de casinos, bingos, discotecas, salones de fiestas y eventos culturales, como los que incluyen música en vivo u otras de teatro. También cerrarán los cines, los hipódromos y no se podrá realizar pesca deportiva y recreativa. Asimismo, se cancelan las asambleas y los actos eleccionarios de personas jurídicas públicas y privadas que no puedan realizarse de manera remota no presencial.
Por último, los vehículos particulares no podrán transitar después de las 21 y hasta las 06 de la mañana del día siguiente, y el personal esencial que sí deba hacerlo deberá sacar un permiso especial a través de la página del gobierno nacional.
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Tensión en el sistema de salud
Pese a que el gobierno de la provincia desarrolló una estrategia sanitaria para expandir la capacidad de camas críticas ante la pandemia del Covid-19, el reciente crecimiento exponencial de casos volvió a poner en jaque al sistema de salud, ya que ahora también se están atendiendo otras patologías que habían sido suspendidas en el peor momento del coronavirus.
En los últimos días, la ocupación de camas críticas tanto en los hospitales como en los sanatorios privados de Rosario superó el 90%, un número que llevó a las autoridades a tomar las restricciones mencionadas. De hecho, la alta ocupación de camas críticas en el sur provincial ya obligó a derivar pacientes a localidades como Villa Gobernador Gálvez y San Lorenzo o incluso más lejos.
La ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, fue bien gráfica este lunes cuando presentó la situación del sistema de salud santafesino. «Las camas ya se están terminando», subrayó. La misma situación de «tensión» entre la demanda de atención y la disponibilidad de camas críticas hospitalarias se vivió a principios de octubre pasado, cuando llegó a su pico la primera ola de la pandemia.
Esa imagen se repitió el último fin de semana, cuando el segundo brote de la enfermedad empezó a mostrar los dientes. La diferencia entre ambos momentos es que cuando empezaron a crecer los casos de coronavirus el año pasado, la ocupación de camas críticas por otras patologías era muy baja, ya que el nivel de actividad era escaso y se habían suspendido las cirugías programadas. Este año no sólo la movilidad en la ciudad es intensa, sino que además el sistema de salud tiene que dar respuesta a todo un amplio abanico de situaciones que se postergaron el año pasado.