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Alemania: Merkel consigue media sanción de la ley que le da más poder para imponer restricciones


La Cámara de Diputados del país europeo aprobó el proyecto que refuerza los poderes de la canciller para hacer frente al coronavirus

Los diputados alemanes aprobaron hoy una ley que refuerza el poder de la canciller Angela Merkel para imponer restricciones para hacer frente al coronavirus a los estados federados del país, incluidos posibles toques de queda y cierres de escuelas.

La ley, aprobada en la cámara baja por 342 votos contra 250, pasa ahora al Consejo Federal, la cámara alta, donde será votada probablemente mañana y su sanción definitiva se da por descontada.

Manifestantes se enfrentaron con la policía en Berlín cerca del edificio del Parlamento antes de la votación de la ley, que desató polémica en un país fatigado por 12 meses de cambiantes restricciones y de tironeos por ellas entre las regiones y el Gobierno federal.

La ley contempla la imposición inmediata de un toque de queda entre las 10 y las 5 y el cierre de centros de recreación y comercios y la suspensión de eventos deportivos en zonas con más de 100 casos por cada 100.000 habitantes por semana.

Las escuelas deberán cerrar y pasar a la educación remota si ese mismo índice de contagios en una región es superior a 165.

El objetivo de esta norma es aumentar las competencias del Jefe de gobierno en los ámbitos sanitario y educativo, donde hasta ahora las regiones son competentes.

La ley logró su media sanción gracias a los votos del bloque conservador de Merkel y de los socialdemócratas, aliados en una coalición gubernamental.

Para el Gobierno, es crucial tomar el control de la gestión de la pandemia, que provocó en un año más de 80.000 muertos en el país, azotado ahora por una tercera ola que parece no haber llegado aún a su punto más alto.

En concreto, la ley da a la canciller el poder de decretar restricciones severas hasta el 30 de junio si los contagios superan los índices establecidos.

La activación automática desde recurso pondrá fin a las tensiones con las regiones, cuyos dirigentes suavizan o incluso ignoran en ocasiones las medidas estrictas decretadas por Merkel.

La cuestión no es simple en un país que aprecia su sistema federal, instaurado tras el nazismo. Por ejemplo, la instauración de los toques de queda nocturnos aviva los malos recuerdos en la ex RDA comunista.

Así, el ministro de Interior socialdemócrata de la región de Turingia, Georg Maier, se opuso a que la policía controle el cumplimiento de este toque de queda. «Es un tema muy sensible aquí, en el este de Alemania», dijo, citado por la agencia de noticias AFP.

La población también está dividida sobre este tema: una inmensa mayoría es favorable a que se instauren medidas más severas como el cierre de tiendas y restaurantes o se limiten los contactos entre personas, pero solo un 51% aprueba los toques de queda nocturnos nacionales, según reciente sondeo de la televisión pública ZDF.

Frente a las críticas, el Gobierno flexibilizó su proyecto inicial de prohibir las salidas entre las 21 y las 5 y propuso un toque de queda menos severo entre las 22 y medianoche, autorizando por ejemplo las salidas para hacer deporte, y estricto entre medianoche y las 5, salvo por razones laborales.

Pero el equipo de Merkel no quiere desterrar la idea del toque de queda, ya que lo concibe como «una señal de la situación dramática que vive Alemania y de que el Gobierno se la toma en serio», resumió el ministro de Economía Peter Altmaier.

Merkel también consideró inconcebible que se ignoren «los llamados de ayuda» de los hospitales, saturados de enfermos de coronavirus en las unidades de cuidados intensivos.