Por Santiago Fiszbein
La nueva misión de Tom Cruise está cargada de adrenalina y acción que se ajusta también a un factor que parece haberse perdido, que es la inteligencia.
En esta sexta entrega se vuelve a las raíces del filme, como así también a la series a la hora de cumplir el objetivo.
Pero antes de abordar esta misión, el espectador tendrá que estar en conocimiento de la película anterior, ya que el villano se repite pero con un nuevo plan.
En una misión fallida, el agente Ethan Hunt (Tom Cruise) está en la mira de la CIA y del FMI (el fondo no, la Fuerza de Misión Imposible) ya que piensan que el quiere detonar unos artefactos nucleares.
Lo más importante que tiene esta aventura, además de sus escenas de acción, es el gran factor sorpresa que parecía haberse perdido. Y vuelve esa tensión que hay entre los protagonistas y las ansias que hay por resolver quiénes son los responsables de los hechos.
Henry Cavill (Liga de la Justicia) es la nueva cara en este mundo de espías con un papel más que interesante.
El punto flojo se puede decir es que no se profundiza sobre una organización llamada «Los Apósteles», lo que hubiese sido aún mejor.
La misión está aprobada y es la mejor desde la primera película de la saga que fue dirigida por Brian De Palma.
Calificación: Muy buena.