Mundo

Bolsonaro llama a un levantamiento contra las cuarentenas y repudia que lo investiguen


El presidente de Brasil adelantó que espera que el pueblo le dé alguna "señal" para actuar contra los confinamientos porque económicamente el país está "al límite" y es un "barril de pólvora a punto de explotar"

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, repudió hoy la creación de una comisión investigadora del Senado sobre su rol en la pandemia y adelantó que espera que el pueblo le dé alguna «señal» para actuar contra las cuarentenas porque económicamente el país está «al límite» y es un «barril de pólvora a punto de explotar».

Bolsonaro también sostuvo que si la crisis avanza no habrá seguridad para pagar sueldos de los empleados públicos y se profundizarán situaciones de hambrunas, en un capítulo más de su negacionismo frente a las medidas de distanciamiento social, en el marco del colapso hospitalario que desde febrero vive Brasil.

Anoche, el Senado creó una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), ordenada por el fallo de un juez de la Suprema Corte, para mirar con lupa la gestión de la pandemia.

Bolsonaro no tardó en reaccionar. Dijo que la culpa de la crisis económica es de los gobernadores que han adoptado cuarentenas para enfrentar a la pandemia.

«Brasil está al límite. La gente me pide que tome medidas, pero estoy esperando que el pueblo me dé algún tipo de señal en ese sentido. Porque el hambre, la miseria y el desempleo están aquí», dijo a seguidores en la puerta de la residencia oficial, el Palacio de la Alvorada.

Juicio político" a Bolsonaro, el grito que suena cada vez más fuerte en Brasil

El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, autorizó la creación de la comisión, que debe comenzar sus trabajos en mayo, según las previsiones más optimistas.

Bolsonaro acusó de «interferencia» al Supremo Tribunal Federal porque uno de sus jueces aceptó una cautelar para que se investiguen las omisiones del Gobierno en la pandemia, sobre todo en la falta de oxígeno que mató pacientes en hospitales públicos y privados en Amazonas, en enero pasado.

«No sé para qué una comisión si yo no desvié ni un real, cero. Para qué investigar omisiones mías si envíe el dinero que los estados me pidieron. Decían que iban a achatar la curva y eso no fue la solución que nos dijeron», afirmó Bolsonaro.

Citó el caso del suspendido gobernador de Río de Janeiro, el exbolsonarista Wilson Witzel, acusado de desviar recursos para montar hospitales de campaña en 2020.

Bolsonaro también fustigó que la jueza Camen Lúcia Antunes pidiera que se fije una sesión para tratar una denuncia contra el Gobierno por cometer un genocidio indígena.

«Amigos de la Corte, vamos a tener pronto una crisis enorme aquí, vi que un juez quiere tratar una denuncia por genocidio. Quien cerró todo, quien está con poder de hacer cuarentenas no soy yo. No quiero pelear pero estamos al borde de un problema serio. Estamos frente a un barril de pólvora a punto de estallar. La gente de traje y corbata no quiere ver eso, pero mantiene a su empleada doméstica trabajando», subrayó. Y agregó: «La temperatura está subiendo».

Los cien días de ruido de Jair Bolsonaro

Como ejemplo, citó un informe de la Universidad de Berlín, en el que entidades brasileñas indican que 125 millones de personas, más de la mitad de la población del principal socio comercial de Argentina, se encuentran con problemas de alimentación desde el inicio de la pandemia.

Bolsonaro volvió a vincular a la oposición actual de Brasil con la intención de aplicar un supuesto comunismo en el país con el uso de cuarentenas contra la pandemia.

En esa misma línea, el ultraderechista excapitán del Ejército volvió a reivindicar el golpe de Estado de 1964 en Brasil y diseminó noticias falsas sobre que los desaparecidos en las dictaduras sudamericanas de los años setenta se encuentran «viviendo en Cuba».

«Dicen que hay muchos muertos y desaparecidos en Sudamérica que están viviendo actualmente en Cuba», dijo, citando el libro de un «exasesor de Fidel Castro», sin apelar a evidencias o datos comprobados.

Brasil reportó 3.808 muertos por la enfermedad del nuevo coronavirus ayer, con lo que ya lleva acumulado 358.425 fallecidos, una cifra que lo coloca como el segundo país con más víctimas fatales por la pandemia.

Brasil es el país donde más se muere en el mundo por la pandemia, con un promedio diario de 3.068 decesos en los últimos siete días.

Además. 13.599.994 personas se infectaron en todo Brasil desde el inicio de la pandemia en el país, el 26 de febrero de 2020.