Las flexibilizaciones en las medidas fueron decididas ante un sensible alivio en el colapso hospitalario. Sin embargo, mantendrán algunas restricciones
El estado brasileño de San Pablo y la ciudad de Río de Janeiro anunciaron hoy reducciones en restricciones de la actividad económica de la cuarentena ante un sensible alivio en la situación de colapso hospitalario, aunque mantendrán el toque de queda y la prohibición del uso de plazas y parques.
El vicegobernador del estado de San Pablo, Rodrigo García, anunció que el estado con 46 millones de habitantes, similar a la población argentina, saldrá el lunes de la fase de emergencia a la fase roja, permitiendo el regreso de clases presenciales y partidos de fútbol luego de casi un mes de confinamiento.
Con más de 80.000 muertos, San Pablo redujo al 88% la ocupación de camas de UTI para víctimas de Covid-19 con las medidas.
«Estamos viendo los resultados esperados. Esto no es un relajamiento sino un avance», destacó García en conferencia de prensa.
La nueva fase durará hasta el 18 de abril y no habrá comercios abiertos, parques, playas ni shoppings.
Los restaurantes y bares podrán atender al público solo para vender productos para llevar, mientras que los únicos comercios autorizados a funcionar además de estaciones de servicio y supermercados y panaderías son los de materiales de construcción.
Volverán los espectáculos deportivos, el campeonato paulista y es probable que el partido de la Recopa sudamericana entre Palmeira y Defensa y Justicia se desarrolle en San Pablo y no en Brasilia, como se había propuesto como alternativa.
Las clases presenciales están autorizadas pero dependerán de cada Municipio y no serán obligatorias, con aforo del 35%.
El secretario de Salud paulista, Jean Gorinchteyn, afirmó que 81.750 personas murieron en el estado, el más afectado del país, y la ocupación de camas UTI se redujo en una semana con la cuarentena del 93% al 88,3%, y actualmente hay 12.681 personas internadas.
Fue adelantada para este sábado la vacunación de todos los docentes paulistas mayores de 47 años para intentar un regreso con más plenitud a las clases presenciales a mediados de mayo.
Brasil ha vacunado al 10% de su población, pero apenas el 2,3% recibió las dos dosis.
En tanto, en la ciudad de Río de Janeiro, el toque de queda continuará así como las prohibiciones de uso de playas, parques y senderos en los parques naturales, anunció el intendente carioca, Eduardo Paes.
El jefe comunal anunció el pago de un subsidio de 95 dólares a los vendedores ambulantes de las playas y liberó actividades comerciales, museos, bibliotecas, clases presenciales.
La ocupación de hospitales en la ciudad de Río de Janeiro era del 95%, mientras que en el estado es del 90%.
Los bares y restaurantes podrán funcionar hasta las 21 y a las 23 permanecerá el toque de queda.
El Gobierno federal del presidente Jair Bolsonaro se negó a apoyar las cuarentenas pero este mes comienza el pago del subsidio del gobierno para 40 millones de personas sin ingresos, con un promedio de 55 dólares mensuales por cuatro meses.