Marita Verón tiene 41 años. Su mamá y su hija la siguen buscando tras ser vista por últimas vez el 3 de abril de 2002 en San Miguel de Tucumán
El trabajo de acompañamiento a sobrevivientes de trata con fines de explotación social y la visibilidad que adquirió este delito en la sociedad argentina fue destacado este sábado por la organización social tucumana que lleva el nombre de Marita Verón, que fue secuestrada un día como hoy, hace 19 años, por una red de tratantes.
Marita fue raptada desde un automóvil el 3 de abril de 2002 en la ciudad de San Miguel de Tucumán por una organización delictiva de trata de personas y tras su desaparición, su madre Susana Trimarco continúa buscándola.
«Hoy, 3 de abril, a 19 años del secuestro y desaparición de María de los Ángeles «Marita» Verón, en manos de una red de trata de personas, su madre continúa buscándola a lo largo del país y del mundo», indicó un comunicado difundido por la fundación que lleva el nombre de la joven y que es presidida por Trimarco.
Asimismo, destacó que a raíz de la desaparición de Marita se conocieron «innumerables cantidad de historias de mujeres que atravesaron la misma situación»
Trimarco y su tarea se transformaron en un símbolo de la lucha contra la trata de personas.
Un 19 de octubre de 2007, la mujer creó la Fundación «María de los Ángeles», que asiste a víctimas y familiares de este delito de forma integral, considerado una de las expresiones de las violencias de género.
En la ONG también se acompaña a personas en situación o sobrevivientes de abuso sexual y con vulnerabilidad socioeconómica.
En julio de 2008, Trimarco inauguró en Tucumán el primer refugio del país especializado en recibir a sobrevivientes de trata, proyecto que se replicó en Buenos Aires y Córdoba.
En abril de 2013, sumó un Centro Maternal con calidad educativa que brinda un servicio gratuito para hijas e hijos de sobrevivientes de trata, de otras violencias de género y a toda mamá sostén de hogar que quiera estudiar o trabajar.
A Marita Verón de 23 años, se la vio por última vez cuando salió de su casa, donde vivía con su papá, su mamá y su hija que en esos momentos tenía 2 años, para realizarse un estudio ginecológico en la maternidad de la capital tucumana.
A partir de las investigaciones que impulsó Trimarco, la justicia pudo arribar a la conclusión de que la joven había sido captada por una red de trata de personas, que operaba en La Rioja, con fines de explotación sexual.
Esa red estaba vinculada con el clan «Ale», un grupo delictivo de Tucumán, según investigaciones judiciales.
El caso Verón llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, convirtiéndose en una causa internacional.
En 2012 el juez de Instrucción Víctor Manuel Pérez elevó la causa a juicio contra 13 acusados por el secuestro de la joven: los hermanos vinculados al clan «Ale», María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez, Daniela Natalia Milhein, Andrés González, Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
Durante todo ese año se desarrolló el juicio oral, que culminó en diciembre con la absolución de todos los imputados.
A finales de 2013, la Corte Suprema provincial revocó en forma parcial ese fallo y ordenó que una nueva sala fije la pena a 10 de los 13 acusados, ya que confirmó la inocencia de los hermanos Rivero, y Medina había fallecido para esa fecha.
El tribunal consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de la joven, a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González a 18 años.
A su vez, condenó como partícipes necesarios a Luna y Andrada (17 años); Márquez (15 años); Derobertis (12), Bustos y Gaitán (10 años).
La sentencia no quedó firme, por lo que a fines de abril del año 2017, la Sala II de la Cámara Penal ordenó la detención de los condenados, quienes recién entonces comenzaron a cumplir con la sentencia.
A los pocos meses, los hermanos Rubén «La Chancha» Ale y Ángel «Mono» Ale, a quienes Trimarco siempre vinculó con la desaparición de su hija, fueron detenidos junto a otras cuatro personas en una causa por lavado de activos que investigaba el juez federal Fernando Poviña, impulsada por la Unidad de Investigación Financiera a partir de las denuncias realizadas por Trimarco.
En abril de 2018 los hermanos Ale fueron condenados a 10 años de prisión por ser considerados los jefes de una asociación ilícita, dedicada al delito de lavado de activos, mientras María Jesús Rivero recibió una pena de 6 años.
Marita Verón tiene 41 años. Su mamá y su hija la siguen buscando.