Por Gisela Gentile
La provincia de Santa Fe avanzó en ponerle números a los casos de violencia hacia la mujer. El Ruvin (Registro Único de Situaciones de Violencia hacia las Mujeres) reveló la espeluznante cifra de más de mil casos por mes. Sin lugar a duda el hecho de que haya una estadística sobre este flagelo se debe a la lucha de cientos de mujeres que día a día se movilizan y trabajan en pos de lograr que la voz de la mujer se escuche.
Con la gente dialogó con Fernanda Serna, víctima, activista e integrante de Ademur (Asociación de Mujeres Resilientes), asociación que trabaja día a día acompañando a familiares y víctimas de violencia de género.
“Yo era activista contra la inseguridad hace muchísimos años atrás y luego empecé a capacitarme en género. Así aprendí de que se trataba esta nueva construcción profunda y compleja. Pero mira cómo será de arduo este flagelo, que igualmente estando en el tema sufrí violencia en primera persona. Hace falta estar organizadas por eso formamos Ademur, la mayoría de las mujeres que la integramos hemos atravesado situaciones de violencia, particularmente el mío fue un caso más que extremo, y del hecho de haber sobrevivido proviene nuestra resiliencia”.
En cuanto a la labor que lleva a cabo la asociación, Serna agregó: “Nosotras hacemos todo tipo de asesoramiento y acompañamiento, lo que nos diferencia de las otras organizaciones es que nos manejamos muy bien en el acceso a la justicia, que es uno de los pilares más difíciles. Particularmente trabajamos con abogados articulando con el eEstado municipal, provincial y nacional en menor medida. Hemos logrado una muy buena organización llevando a cabo mesas de trabajo con el Estado”.
La profunda labor realizada es muchas veces en mancomunión con la Multisectorial de Mujeres. “Conjuntamente llevamos a cabo una labor en pos de conseguir más derechos para las mujeres, en casos muy extremos trabajamos en conjunto y nos brindamos seguridad y apoyo, haciéndolo más abarcativo. En el caso de Rosalía Jara, hemos podido entre todas organizar una lucha contra estos “desaparecedores” de personas y que este sujeto siga detenido después de siete meses, fue todo un logro. Todas esas acciones las logramos tras varias peleas mancomunadas”, recalcó la activista.
Un gran avance fue la licencia por violencia de género a las trabajadoras del Estado. Sobre esto Serna enfatizó: “Sin lugar a duda fue algo impensado que se obtuvo mediante la lucha, no salió como nosotras hubiésemos querido ya que nos sacaron un artículo, pero este año vamos por más. El mismo tiene que ver con que pedíamos 90 días de licencia y nos terminan dando 3, te imaginarás que en tan pocas jornadas no se soluciona un problema de violencia, ni los moretones se van. Este año seguiremos para ampliar eso y trasladar al sector privado ese derecho conseguido para las estatales”.
Es muy arduo y difícil llevar a cabo el acompañamiento a víctimas de casos extremos. “Las pocas que han sobrevivido las hemos acompañado. Es muy complejo atravesar ese momento, en muchos casos quedan niños en el medio, como el caso de Debora Mansilla, donde mediante abogados se consiguió una custodia familiar. Es importante la visibilización y estar junto a los familiares ya que los mismos quedan muy desprotegidos y vulnerables. Como agrupación nos vamos turnando entre nosotras para poder estar allí, tratando de hacer todo lo que hace falta para este tipo de seguimientos”.
En cuanto a las estadísticas recientemente publicadas, fue tajante: “Para nosotras el número es mucho más alto, teniendo en cuenta que el caso de Debora Mansilla que fue prendida fuego y otra chica que pelea por su vida no se han pasado al informe del Estado. Es decir que hay muchos casos que no están allí, es muy dificultoso sacar las estadísticas cuando en la actualidad muchas comisarías no toman las denuncias”.
Las metas para este año son muchas, pero se focalizarán especialmente en un punto: “Para este 2018 el objetivo es la justicia, ya que los fiscales encargados de violencia de género no están a la altura de las circunstancias. En los casos de violación no existen mediciones, y en muchos de ellos las han mandado de vuelta a su casa sin ningún tipo de asistencia. Pensamos que en muchas oportunidades el Estado responde, pero la justicia no avanza”.
Este grupo tan empeñado en alzar la voz y hacer valer el derecho de todas las mujeres, ha realizado diferentes talleres a lo largo del año como charlas en escuelas, y han capacitado a la Policía Comunitaria de Santa Fe y Santo Tomé.