La mayor parte de los condritos, la química de los oligoelementos y el alto contenido en níquel de los restos, demuestran la naturaleza extraterrestre de las partículas recuperadas
Un equipo internacional de científicos espaciales encontró nuevas pruebas de una explosión meteorítica a baja altitud que alcanzó la capa de hielo de la Antártida hace 430.000 años, publicaron en la revista Science Advances.
Las partículas extraterrestres (esférulas de condensación) recuperadas en la cima de Walnumfjellet (WN), dentro de las montañas Sor Rondane, en Queen Maud Land, en la Antártida Oriental, indican un acontecimiento inusual de aterrizaje en el que un chorro de material meteorítico fundido y vaporizado, resultante de la entrada atmosférica de un asteroide de al menos 100 metros de tamaño, alcanzó la superficie a gran velocidad, detalló un cable de la agencia Europa Press.
Este tipo de explosión causada por el impacto de un asteroide se describe como intermedia, ya que es mayor que una explosión aérea, pero menor que un evento de cráter de impacto.
La mayor parte de los condritos, la química de los oligoelementos y el alto contenido en níquel de los restos, demuestran la naturaleza extraterrestre de las partículas recuperadas.
Sus firmas isotópicas de oxígeno únicas indican que interactuaron con el oxígeno derivado de la capa de hielo antártica durante su formación en la pluma de impacto.
Los resultados indican un impacto mucho más peligroso que los de Tunguska y Cheliábinsk sobre Rusia en 1908 y 2013, respectivamente.
Esta investigación orienta un importante descubrimiento para el registro geológico, en el que las pruebas de este tipo de eventos son escasas, principalmente a la dificultad de identificar y caracterizar las partículas de impacto.
El estudio subrayó la importancia de revaluar la amenaza de los asteroides de tamaño medio, ya que es probable que eventos de aterrizaje similares produzcan partículas similares.
Un acontecimiento de este tipo sería totalmente destructivo en una zona amplia, correspondiente al área de interacción entre el chorro caliente y el suelo.
Matthias van Ginneken, de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad de Kent, y líder de la investigación, explicó que «para completar el registro de impactos de asteroides en la Tierra, recomendamos que los estudios futuros se centren en la identificación de sucesos similares en objetivos diferentes como los basamentos rocosos u oceánicos poco profundos, ya que la capa de hielo de la Antártida sólo cubre el 9% de la superficie terrestre de la Tierra».
Mientras que este tipo de explosiones pueden no amenazar la actividad humana, si ocurren sobre la Antártida, si tuvieran lugar sobre una zona densamente poblada, darían lugar a millones de víctimas y a graves daños en distancias de hasta cientos de kilómetros.