Los beneficios que presenta este sistema se ven truncados por la falta de decisión política, aunque los ciudadanos aprueban el regreso de los trenes. CLG dialogó con los rosarinos
Durante su campaña en la previa de las elecciones de 2019, el actual intendente Pablo Javkin había presentado varios proyectos y uno de ellos centró la posibilidad de habilitar trenes de cercanía en Rosario y las localidades aledañas como Funes, Roldán y Cañada de Gómez, entre otras. Pero, en su primer año atravesado por la pandemia, nunca se pudo llevar adelante. Otras iniciativas, como la de la Asociación Rosarina Amigos del Riel en conjunto con referentes locales, buscan agregar la llegada de los trenes a Casilda o Pérez.
La falta de decisión política es el principal escollo con el que se topan los rieles y las estaciones de trenes, a pesar de ser un proyecto que está apoyado por la mayoría de los ciudadanos de todas las localidades. Los ramales están, pero las unidades no circulan; la idea es apoyada, pero no aplicada; y el tránsito del sur de la provincia de Santa Fe sigue perdiendo una posibilidad de movilidad que ayudaría a aliviar el flujo de autos en las ciudades.
Los beneficios que presentan los trenes de cercanía son múltiples: ahorro de tiempo de viaje, un costo de pasaje mucho menor al del transporte público o combustible necesario, la comodidad de contratar un servicio seguro y la descongestión de las rutas del sur provincial. Todo eso inmerso en una inversión que no superaría los 19 millones de dólares (gasto estimado por Javkin en 2019).
De todas formas, los trenes no arrancan y la gente sigue con los transportes convencionales. «Ojalá se hiciera porque yo viajé desde Córdoba a Rosario y la experiencia es muy linda», se esperanzó una mujer que alentó al proyecto ante las cámaras de CLG.
En una recorrida por las calles de Rosario, este medio consultó con los ciudadanos su parecer sobre los trenes de cercanía y, entre las bondades para el tránsito y la nostalgia, todos acompañaron la idea.
«Me encantaba viajar con mis padres y me encantaría que lo conozcan mis hijos y mis nietos», resumió una mujer y otra se acopló y dijo: «Me parece bárbaro que no sólo sea el transporte común».
La frase «que vuelvan los trenes» era repetida entre los rosarinos y hasta algunos se animaron a pensarlo como una salida positiva en pandemia: «Estamos en una época de crisis y sería bueno que apliquen otras cosas para que la gente esté mejor».
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