Según explicó un especialista, el incremento del precio en el país es "producto de caídas simultáneas en la producción en los cuatro principales fabricantes mundiales, lo que significó una crisis global de oferta"
Una crisis mundial de oferta del aceite de girasol, un producto de gran consumo en la Argentina, provocó un aumento del precio local de 197% desde mayo del 2020.
Así surge de un informe elaborado por el economista Jorge Ingaramo, de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir).
«Los precios del aceite crudo de girasol en Rotterdam y en la Argentina experimentaron un crecimiento impactante en los últimos 10 meses, producto de caídas simultáneas en la producción en los cuatro principales fabricantes mundiales, lo que significó una crisis global de oferta», explicó el especialista.
Comparado con el inicio de la cosecha en el Hemisferio Norte en mayo de 2020, el precio del aceite en Rotterdam creció 119,2%, el FOB local lo hizo al 120,7% y el FAS teórico en pesos aumentó en 196,9%, en parte por la devaluación del del 34,5%.
En cuanto a las variables productivas, la producción mundial esperada de grano cayó 11,9%, mientras que la de aceite lo hizo al 9,3%.
«Como el consumo mundial es relativamente inelástico, un producto relativamente caro demandado por sectores de ingresos medios y altos, mermó apenas 2,5%», indicó Ingaramo.
El precio de paridad teórica FAS oficial del Ministerio de Agricultura, en pesos, superaba al 23 de marzo último en 16,5% al registrado 30 días antes, y medido en dólares, la suba era del 17,8%.
Más del 90% del girasol se produce en el Hemisferio Norte: los tres grandes productores son Ucrania, Rusia y la Unión Europea, los cuales generan el 75% de la oferta.
El precio del grano de girasol depende en un 85% del valor del aceite, de la molienda se obtiene entre el 42% y el 54% en aceite.
Prácticamente no se comercia grano de girasol a nivel mundial, mientras que el mercado internacional de aceite de girasol está entre los más dinámicos de las commodities alimentarias.
La campaña agrícola en el Hemisferio Norte se inicia en mayo de cada año, particularmente la expectativa de siembra de grano de girasol comienza en el mismo mes y el ingreso de la cosecha se da en octubre.
La Argentina que, en general representa entre el 6% y el 7% del mercado de exportaciones de aceite, tiene dos períodos de siembra: a fines de julio-principios de setiembre en el Norte del país y octubre-principios de noviembre en el Sur.
Particularmente, el área sembrada en el norte bajó de 720.000 hectáreas en 2018 a 240.000 en 2020, por falta de humedad.
El aceite de girasol es demandado por sectores de ingresos medios y altos en economías desarrolladas.
Su dinámico crecimiento los últimos años fue abastecido con el impactante aumento de la oferta subsidiada de Ucrania, país al que prácticamente no le quedan márgenes para seguir creciendo, tanto en área como en rendimiento del cultivo.