Otro tradicional local gastronómico que se ve obligado a cerrar su histórico edificio por no poder afrontar la renovación del contrato de alquiler.
Otro tradicional reducto gastronómico no pudo soportar la crisis. Se trata de la parrilla Las Palmas, ubicada en Alvear y Córdoba, cuyo titular anunció que se ve obligado a abandonar achicar drásticamente los costos y abandonar el tradicional el inmueble debido a que no puede afrontar los gastos de renovación de contrato de alquiler.
También, hace muchos años atrás, con otros dueños y bajo el nombre de Nuevo América, supo ser el lugar donde Alberto Olmedo solía reunirse con sus amigos cada vez que se daba una vuelta por Rosario.
Heldo Milatich, uno de los propietarios de Las Palmas contó este martes que el emprendimiento gastronómico funcionó en ese lugar durante los últimos 15 años. “Abrimos en el 2005. Ahora la situación no es lo ideal. Y llegó el momento de renovar el contrato de alquiler que se fue por las nubes. Es lo que nos toca vivir y habrá que reinventarse”. El sector gastronómico fue uno de los más golpeados por la pandemia de coronavirus. El rubro fue uno de los primeros en quedar fuera de servicio cuando se impuso la cuarentena a nivel nacional y pudo retornar a cierta normalidad muchos meses después.
Primero con el expendio de comidas para llevar a través del mostrador y después con la llegada de las temperaturas más cálidas con una lenta y progresiva apertura para recibir comensales. Sin embargo, la crisis general causó el cierre de locales como Queens, Johnny B. Good, Don Leo y el Bar Blanco. En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, Milatich sostuvo que la actividad gastronómica en Rosario “tiene diez meses de trabajo, porque en enero y febrero lo único que se puede hacer es tratar de subsistir porque bajan notoriamente las recaudaciones. Además estuvimos cerrados seis meses con nula actividad en la cuarentena».
Milatich remarcó que la situación más crítica o compleja se dio cuando llegó el momento de renegociar el contrato de alquiler del local, que ocupa la ochava noroeste de Córdoba y Alvear. “Nos pidieron el doble de lo que pagábamos. La cuenta es sencilla. Trabajando al cincuenta por ciento y tener que pagar el doble de lo que pagaba, era hasta lógico que nos fuéramos. Es una locura trabajar a la mitad y que te aumenten el doble el alquiler».
«Son decisiones que se toman. A uno le duele porque todo el esfuerzo que pusimos en este negocio, que se transformó en un lugar emblemático. Nos relacionan con el fútbol y la cantidad de amigos que nos han dejado sus camisetas. Ya hicimos el duelo. Tenemos la suerte de ir a un lugar un poco más chico, pero continuando con la tradición familiar. Somos una familia de trabajo y vivimos de la gastronomía”, afirmó Heldo. Y concluyó: «Córdoba y Alvear se hizo un lugar de referencia. Entiendo a los propietarios de los locales. Buscan su negocio. Tratan de adaptar su bolsillo a la realidad. Pero la realidad también indica que quienes tienen que hacer frente a los gastos, no pueden hacerlo. No reniego de eso, pero mi decisión es que ahí no puedo estar más”.