Por Chino Odisio
Las despedidas no siempre son buenas. A veces generan tristeza, añoranzas, lágrimas o bronca. Hay de las otras, esas que están más emparentadas con un cambio y provocan expectativas. Y parte de eso sucederá esta tarde cuando la Lepra visite a Defensa. Será el último partido de Frank Kudelka, y los hinchas se ilusionan con algo mejor tras una Copa Maradona y un inicio de certamen para el olvido. Suena algo injusto para un técnico que salvó a Newell’s del descenso, pero tiene que ver con ese capricho de permanecer cuando estaba claro que la segunda parte del ciclo no tenía destino cierto.
Kudelka ya sabe que no seguirá. Estará en el banco por última vez y en esta oportunidad el resultado no será un condicionante. Es raro, cierto. Pero formó parte de una negociación que el propio DT señaló como consensuada, aunque también admitió que su primera idea era seguir.
Tal vez no tener el resultado como condicionante liberará un poco a los jugadores. Esta vez no tendrán que salir a la cancha a defender la continuidad del técnico. Frente a Defensa buscarán la victoria por Newell’s; por esa necesidad de puntos que está a la vista tras cuatro partidos sin ganar; para conseguir levantar el ánimo, algo fundamental para cuando llegue el próximo entrenador.
En junio del año pasado, en medio de la pandemia, Kudelka había renovado su vínculo. Y los hinchas festejaron esa continuidad como si se hubiese tratado del mejor refuerzo que Newell’s pudiera traer. Nueve meses después, el DT se despide sin que nadie suelte una lágrima. El fútbol y sus resultados. Una realidad que supera a la ficción. Tal vez a la distancia, cuando pase la bronca, el ciclo Kudelka se vea mejor y tenga reconocimiento. Hoy eso es difícil de pedir.