En el equipo de Russo estaría en consideración por primera vez Marcos Rojo y en el "Millonario" se esperan las vueltas desde el arranque de Borré y Angileri
En el mundo del fútbol, y el deporte en general, hay una máxima que afirma que los clásicos, como el que el domingo sostendrán Boca y River por la Copa de la Liga Profesional, son partidos aparte en los que no importa cómo llegan, sino cómo rendirán dentro de la cancha.
Pero el último fin de semana, contrario a lo que la opinión pública, los analistas y los hinchas de ambos pensaban, el tablero de cara al Superclásico se modificó por la tremenda goleada de visitante que Boca le propinó a Vélez y la derrota ajustada que sufrió River en casa contra Argentinos Juniors, que todavía no había podido sumar siquiera un punto en el torneo.
El «Xeneize» había acumulado un empate en La Boca frente al ascendido Sarmiento de Junín y un triunfo agónico contra Claypole -campeón de la Primera D, última categoría del fútbol argentino- para avanzar de fase en la Copa Argentina.
Esos resultados obligaron al entrenador Miguel Angel Russo a modificar el panorama y la vuelta del capitán Carlos Tevez fue un impulso que cambió en forma de goles contra Vélez, en el «José Amalfitani» de Liniers.
También encontró una variante que parece haberse ganado la titularidad a fuerza de tres goles en dos partidos, el mediocampista Gonzalo Maroni, que le dio la victoria contra Claypole saltando desde el banco y el domingo pasado, como inicial, marcó un doblete.
Incluso, para resolver algunos desencuentros defensivos que sufrió en los últimos juegos, principalmente en la zaga central, Russo apostaría por Marcos Rojo, el único refuerzo de este mercado que todavía no pudo debutar por problemas musculares.
Del otro lado fue el panorama inverso, porque el 5-0 sobre Racing en la Supercopa argentina que significó el duodécimo título de Marcelo Gallardo como entrenador de River, dio paso a la caída 0-1 en el cierre de la cuarta fecha de la Copa de la Liga Profesional ante Argentinos Juniors, un equipo que no había sumado siquiera un punto hasta el momento.
El nerviosismo ante la poca efectividad de las ocasiones que generó, que se trasladó a algunas jugadas violentas que casi lo dejan sin piezas fundamentales como Matías Suárez y el chileno Paulo Díaz, volvió a complotarse contra el dominio que River suele demostrar ante la media de sus rivales.
El «Muñeco» Gallardo tendrá que resolver durante la semana si mantiene la última línea de tres centrales con dos carrileros o planta cuatro defensores, mientras que el estreno como titular de Jonatan Maidana es una opción latente, ante la ausencia del lesionado Javier Pinola.
En la mitad de cancha, Jorge Carrascal podría salir ante su poco volumen de juego, dándole lugar a otra de las incorporaciones como Agustín Palavecino, que demostró interesantes pasajes en los minutos que le tocó estar dentro del campo de juego.
Las vueltas a la titularidad de Fabrizio Angileri (ausente el lunes por un problema familiar) y Rafael Santos Borré (que arrastraba un golpe desde hace algunos días) son un hecho.
El rodaje y lavado de cabeza será vital para ambos: uno para no relajarse y quedarse con los siete goles convertidos en Liniers; el otro para hacer borrón y cuenta nueva e intentar llevarse un triunfo de La Bombonera, donde empató en su última visita por la Copa «Diego Maradona».