Usuarios que consumen el aceite de la planta para tratar distintos problemas de salud relataron sus experiencias y distinguieron su efecto
Usuarios de cannabis medicinal contaron cómo el aceite de esa planta ayuda a paliar dolores y a «regularizar» el cuerpo, luego de que hoy el Gobierno de la provincia de Buenos Aires presentó en la Legislatura un proyecto de ley para su producción, desarrollo, investigación y comercialización para uso medicinal.
«Yo tomo unas gotitas día por medio y me sirve mucho. Empecé a tomarlo por problemas de articulaciones en la rodilla y vi que tenía un efecto relajante, así que también lo tomo a la noche cuando no puedo dormir», dijo a Télam Marcela Vartanian, docente de Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
«Yo le tenía mucha aversión, era algo desconocido, me cuido con lo que tomo. Pero probé, y la verdad que es muy bueno, todo lo que es dolores articulares los mejora», reconoció Vartanian, y aseguró que el aceite tiene un efecto «regularizador» para su cuerpo.
«Tiene un efecto regularizador, no cura, sino que te equilibra. El dolor de rodilla lo alivia. Tiene un efecto tranquilizador y a mí, por lo menos, me da sueño así que no lo tomo de día», aseveró.
Vartanian afirmó que «lo que tiene la medicina tradicional es que todos los medicamentos tienen efectos colaterales, en cambio esto no».
«Es complicado conseguirlo. Yo lo consigo por mi hijo que lo trae de Rosario o me lo consiguen del sur de General Roca. Sale 4 mil pesos el frasco pero ahora debe estar más. Es un lío, estaría bueno que lo regularicen para que sea más fácil y más barato», aseveró.
Adriana Costante, que vive en la localidad bonaerense de Suipacha, es cultivadora de cannabis y produce sus propios aceites, cremas y tinturas de la planta.
«Hago aceite hace 4 años porque escuché a Mamá Cultiva y tengo una amiga que tiene un hijo con autismo y en semanas empezó a conectar, a hablar y a crear sus propios espacios», aseguró.
«El aceite tiene canabinoides, que están también en nuestro cuerpo, los activa y alinea todos los sistemas del cuerpo. Es como un director de orquesta», aseguró Costante, y explicó que «no es una medicación: no hay dosis, no hay tiempo, no hay contraindicación, no hay sobredosis».
Por último, Costante comentó que aplica el lema «mi derecho, mi planta y mi aceite», citando a la ONG Mamá Cultiva.
«Creo que cada uno tiene que tener su planta y hacer su aceite, yo sé lo que tiene porque lo hago yo. Para hacer 10 aceites se usan 40 gramos de flores orgánicas, que en el mercado están más de 50 mil pesos. Entonces no podes confiar en comprar un aceite en el mercado y que esté bien hecho», aseveró.
La ONG Mamá Cultiva Argentina fue una de las pioneras en impulsar un marco legal para el cultivo de cannabis para la salud y abrir espacios de formación, construcción ciudadana y comunitaria que difundan los beneficios de esta terapia.
Así fue que en 2017 fue sancionada y promulgada la ley ley 27.350, que sentó las bases para la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados.
Además, creó el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis en el ámbito del Ministerio de Salud.
La norma autorizó al Conicet y al INTA para cultivar cannabis para la producción de aceite medicinal y para investigación científica.
Tres años más tarde, en noviembre del año pasado, el Gobierno Nacional emitió el decreto 883/2020 de reglamentación que reguló el uso, acceso y cultivo del cannabis medicinal en Argentina.
En la reglamentación se modificó que, a través del Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), quienes cuenten con indicación médica podrán acceder a la autorización legal para el autocultivo.
Fernanda Vallejos, enfermera de Ramos Mejía, tiene a su hijo Ignacio de 5 años que fue diagnosticado con epilepsia y desde hace dos años empezó a utilizar el aceite de cannabis en su tratamiento y «el cambio fue notable».
«Empezó con convulsiones desde los 11 meses y fuimos probando todos los medicamentos que recomendaba el neurólogo y seguía igual, hasta que un día nos recomendó probar con aceite, pero que él no sabía dónde conseguir», relató.
«Era todo desconcierto hasta que un chico de buena voluntad nos regaló un frasco y un par de semillas. Primero lo probamos nosotros y le empezamos a dar con miedo e incertidumbre, pero la mejoría fue notable, incluso el último encefalograma le dio mucho mejor», aseguró Vallejos.
Para la enfermera «sería súper importante que sea regulado porque no dejás de tener miedo de que en cualquier momento alguien te puede denunciar ya que siempre le di el aceite a mi hijo a través del autocultivo», concluyó.