La Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúan trabajando en un diálogo constructivo para poder alcanzar un acuerdo
La Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúan trabajando en un diálogo constructivo para poder alcanzar un acuerdo, si bien hasta el momento no se estableció aún la fecha para la anunciada tercera misión formal del organismo, requerida como parte del proceso, según indicaron fuentes de la entidad multilateral.
«Los contactos informales siguen, nuestro diálogo es fluido y constructivo pero no tenemos por ahora una fecha para una próxima misión formal», expresó una fuente del FMI en diálogo con Télam.
Una tercera misión formal fue anunciada por el vocero del FMI, Gerry Rice, en enero último, como resultado del avance de las negociaciones del Fondo.
Sin embargo, hasta el momento no hay novedades concretas al respecto, mientras el calendario de vencimientos sigue su curso
El Gobierno, a través del ministro de Economía, Martín Guzmán, expresó su deseo de alcanzar un acuerdo en mayo próximo, para poder renegociar también el vencimiento con el Club de París.
Entre ambos organismos el país afronta vencimientos por alrededor de 7.100 millones de dólares para lo que resta del año, y sólo con el Club de París representan 2.800 millones. Luego, el vencimiento más fuerte del año con el FMI tendría lugar en septiembre.
Posteriormente, para 2022 y 2023 se espera la mayoría de los vencimientos con el Fondo, por cerca de 40.000 millones de dólares, y otro tanto queda para 2024, entre capital e intereses.
En este contexto, llegar a un acuerdo en mayo sería un escenario deseable pero no es una prioridad el acuerdo, en el contexto de la continuidad de la pandemia y de la magnitud de la crisis argentina que originó el acuerdo anterior con el FMI, según precisó esta semana el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, durante una entrevista.
Chodos expresó textual: «No me parece que si no se cumple estrictamente lo de mayo sea una fatalidad. En ningún sentido. Me parece que hay que negociar teniendo mucha conciencia del tamaño que tiene el problema que venimos acarreando, entendiendo bien el diagnóstico del desastre que implicó para la Argentina y que va a implicar por muchas generaciones el programa del 2018, y corrigiendo lo que hay que corregir y defendiendo el interés de los argentinos; lo demás es accesorio».
«Uno tiene preferencias pero también tiene prioridades, y yo preferiría que sea antes de mayo. ¿Es una prioridad? No», se explayó el funcionario argentino.
Por otro lado, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, señaló que «llegar a un acuerdo antes de mayo requerirá más esfuerzos de ambas partes», y el director del departamento Occidental del Fondo, Alejandro Werner, dijo: «no veo inviable un acuerdo», aunque admitió que resultaría «ambicioso» alcanzar la fecha de mayo.
Un nuevo acuerdo con el FMI para un programa de Facilidades extendidas, como se está negociando, implica reprogramar vencimientos por hasta 10 años, con cuatro años y medio de gracia, pero también requiere de ciertas metas que en un contexto de pandemia son difíciles de estimar.
Por un lado, el Gobierno habla de ir «convergiendo» para achicar la brecha fiscal y se niega a imponerse una meta de ajuste para este año o el próximo; y por el otro el FMI reconoce y recomienda que, mientras dure la pandemia, los gobiernos deben hacer todo lo posible por mantener los estímulos fiscales a los que más lo necesitan.
«Esto de querer reducir la brecha fiscal por un lado y de aumentar estímulos por otro, podría resultar contradictorio en pos de establecer una meta fiscal específica del Gobierno argentino para alcanzar un acuerdo, en mayo, cuando el país podría estar inmerso en el medio de una segunda ola de contagios, a pesar de los esfuerzos por llegar con la vacuna», razona una fuente del Gobierno con llegada al equipo económico.
En tanto, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, se refirió al respecto al afirmar que «puede haber flexibilidad» a la hora de negociar ciertas condiciones en los términos y plazos.
Esta idea cobra cada vez más fuerza, de la mano de la entrada de dólares al país que está generando los precios de la soja, a razón de 500 dólares la tonelada.
Pero, por otro lado, Guzmán precisó que el Gobierno buscará pedir una reprogramación de vencimientos «con las reglas del FMI», es decir, el máximo posible hoy es reprogramar la deuda de capital existente con el Fondo de casi 45.000 millones de dólares a 10 años.
Según Guzmán, el Programa de Facilidades Extendidas «no es una cuestión que se negocie. Los países avanzados se pusieron de acuerdo para poner reglas de juego de la economía internacional. Esas reglas no han ayudado a los países menos desarrollados, ha llevado a más desigualdad».
«Pero las reglas de juego no se negocian unilateralmente con un país. Poder tener un programa distinto requeriría cambiar la arquitectura financiera internacional, y eso requeriría el apoyo de Estados Unidos, de China, de Japón, de Alemania, de Francia, de Italia, de los países más avanzados. Hay que tener en cuenta esto cuando la Argentina se relaciona con el mundo», afirmó el Ministro en un programa de radio.
En tanto, el vocero del FMI sostuvo que «los desembolsos realizados en el marco del EEF se reembolsarán en un plazo de 4½ a 10 años, en 12 cuotas semestrales iguales. Estos términos se aplican de manera uniforme a todos los países», dijo a Télam al explicar el tratamiento que podría tener este préstamo con el país.
Hace poco Werner fue consultado en una conferencia de prensa por este tema puntual, e infirió que esta respuesta está fuera de su alcance como técnico, manifestando que, si hubiera, la consideración debería ser política; esto es, la discusión debe darse en el seno del directorio.
Desde la creación del programa de Facilidades Extendidas en 1974 nunca hubo una modificación, aunque tampoco hubo una crisis mundial e incierta de la magnitud que afronta hoy el mundo.