"Lo que necesito es que él viva para que pague su condena con vida y no con una muerte, sería mucho más fácil", aseguró la mujer
La madre de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada a puñaladas en la ciudad bonaerense de Rojas por su expareja, un policía de la provincia de Buenos Aires, pidió que el acusado reciba una condena de prisión perpetua por el femicidio, y apuntó contra los jueces involucrados en la causa, a los que calificó como «corruptos y comprados».
«Agradezco que él esté con vida, lo que necesito es que él viva para que pague su condena con vida y no con una muerte, sería mucho más fácil que falleciera como murió mi hija, pero no pagaría esto en la cárcel, y lo que nosotros queremos es mínimo perpetua para él», expresó Patricia esta mañana en diálogo con los medios en la puerta de su casa.
Además, señaló que las pruebas de la violencia que el acusado, Matías Ezequiel Martínez (25), infligía sobre Úrsula, se encuentran en el celular de su hija, que está siendo investigado, donde «hay guardados siete meses de amenazas de muerte constantes y de golpes, porque están todas las fotos».
«Ayer pedimos que la marcha fuera pacífica, que no rompan más patrulleros ni la comisaría, si bien queremos justicia, porque quien mató a nuestra hija es un efectivo de la Policía de la provincia de Buenos Aires, que está denunciado por violencia de género y por la violación de una niña discapacitada», agregó.
Tal como ayer hizo al cuestionar la actuación del juez de Paz de Rojas, Luciano Jorge Callegari, Patricia volvió a apuntar contra la Justicia y su falta de acción frente a las denuncias que había radicado, y calificó a los magistrados como «corruptos y comprados».
«Estamos muy dolidos con el juez de Paz de Rojas porque desestimó las perimetrales que tenía mi hija, que había hecho más de 18 denuncias, y él (Martínez) la seguía hasta que me la manoteó, la subió al auto y la mató en un descampado», señaló.
En tanto, sobre la visita que el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, realizó ayer a Rojas, dijo que el funcionario fue a su casa y «compartió el dolor» con la familia. «Yo sigo entera aunque hace tres días que no veo a mi hija, cuando la vea quizás me derrumbe, pero voy a seguir entera porque quiero que todo salga a la luz», concluyó.