El mismo empezará a las 15 de Argentina y tendrá a los 100 legisladores como jurado
El segundo juicio político al ex presidente estadounidense Donald Trump se iniciará este martes luego de que el Senado acordara ayer la estructura y el cronograma del proceso que, no obstante, tiene escasas chances de prosperar.
El juicio, donde los 100 legisladores ejercerán como jurado, comenzará a las 13 (15 de la Argentina) bajo una estructura acordada que «garantizará un juicio político justo y honesto del expresidente en el Senado», señaló el líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, quien detalló que fue una decisión consensuada con el líder republicano, Mitch McConnell, y con los abogados.
McConnell se mostró «complacido» por haber llegado a un acuerdo con su contraparte demócrata para un «proceso justo y un cronograma estimado para el próximo juicio en el Senado», que «les dará a los senadores como jurados tiempo suficiente para recibir el caso y los argumentos».
Tanto la acusación como la defensa tendrán 16 horas durante dos días para presentar su caso, y el cronograma permitiría que el juicio termine la próxima semana, si ambas partes acuerdan no llamar a testigos, publicó la agencia de noticias AFP.
Los demócratas impulsan el juicio político para responsabilizar al expresidente por el violento asedio al Capitolio del último 6 de enero, y los republicanos, que quieren que el proceso termine lo más rápido posible y se aglutinan, siguen con su interna sin resolver.
Un fallo que condene a Trump, que no ocurrirá si los republicanos votan en bloque, lo excluiría de una eventual competencia en las presidenciales de 2024.
«Siempre lucharé por ustedes, estaré observando, estaré escuchando, volveremos de alguna manera», adelantó poco antes de abandonar apresuradamente la Casa Blanca, antes de la asunción de Joe Biden como nuevo presidente de Estados Unidos, el 20 de enero.
Hace un año, en el primer juicio político por abuso de poder y obstrucción al Congreso por presiones a autoridades ucranianas para perjudicar a la familia Biden, Trump fue absuelto.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos, de amplia mayoría demócrata, aprobó hace un mes con 232 votos a favor y 197 en contra, iniciar un nuevo juicio político bajo un único artículo de acusación por «incitación a la insurrección» y el rol desempeñado en el asalto al Capitolio que perpetraron sus partidarios.
Aquella votación en la Cámara baja contó con el apoyo de diez republicanos, entre ellos algunas figuras consagradas como la congresista por Wyoming Liz Cheney, la «número tres» del partido dentro de la cámara, reprendida esta semana por su apoyo a este proceso por la delegación republicana de ese estado.
El Senado, sin embargo, donde el oficialismo demócrata cuenta con la mínima mayoría que le da el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, necesita contar con al menos el aval de 17 republicanos para que el juicio político pueda salir adelante, lo que parece bastante improbable si se atienden las declaraciones de muchos senadores republicanos que cuestionan la legitimidad del proceso, en sintonía con el argumento expuesto hoy por el equipo de defensa de Trump, porque «la Constitución no prevé un juicio de estas características contra un expresidente».
La estrategia republicana -avalada por 45 senadores- que busca evitar el desgaste político que podría tener un apoyo explícito al expresidente, radica en apelar a esa supuesta inconstitucionalidad del proceso y no en defenderlo ante las acusaciones directas. Se estima que tres o cuatro republicanos podrían desmarcarse del grupo y apoyar la culpabilidad de Trump, pero el número de 17 sigue estando lejos.