Este hallazgo podría dar los primeros pasos para el diseño de nuevos medicamentos específicos contra el Acinetobacter baumannii, ya que, en terapias intesivas, la mortalidad de pacientes infectados por esta cepa supera el 50%
Investigadores argentinos identificaron una pieza clave que es utilizada por el microorganismo Acinetobacter baumannii, para resistir los antibióticos y evadir al sistema inmune. Esta bacteria es potencialmente letal y es uno de los patógenos hospitalarios más críticos según lo expone la Organización Mundial de la Salud (OMS). El grupo que dio con el descubrimiento estuvo dirigido por Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas en el Instituto Leloir e investigadora del Conicet.
Este hallazgo podría dar los primeros pasos para el diseño de nuevos medicamentos específicos contra el Acinetobacter baumannii, ya que, en terapias intesivas, la mortalidad de pacientes infectados por esta cepa supera el 50%.
En el estudio, los científicos tomaron como modelo de estudio a la proteína SqrR, aislada de una bacteria (Rhodobacter capsulatus) que suele estar presente en aguas residuales.
Utilizando potentes herramientas que permiten visualizar material biológico a escala atómica (espectrometría de masa y cristalografía de rayos X), Capdevila y sus colegas pudieron ver que esa proteína es clave para la estrategia de evasión que usa el microorganismo.
La proteína SqrR tiene la capacidad de sensar o percibir moléculas que tienen átomos de azufre muy reactivos, que dependiendo de la bacteria tienen roles beneficiosos como la resistencia a antibióticos y al sistema inmune. Sin embargo, el aumento de la cantidad de estas moléculas con azufres reactivos puede ser perjudicial para la bacteria. En este contexto la proteína “prende” genes del patógeno que permiten reducir sus niveles de concentración.
“Una vez que tuvimos estos resultados con SqrR, encontramos a BigR, una proteína homóloga que cumple funciones similares de defensa en Acinetobacter baumanii”, indicó Capdevila al departamento de prensa del Leloir.
El trabajo experimental de este estudio, publicado en “Nature Chemical Biology”, se hizo durante el postdoctorado de Capdevila en la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, bajo la dirección de David Giedroc, aunque gran parte del análisis de datos se hizo en la FIL (Fundación del Instituto Leloir).
Ahora, Capdevila e integrantes de su laboratorio, como el doctor en Química Orgánica Cristian Pis Diez, planean profundizar esta línea de trabajo. “Queremos responder una pregunta muy importante que sobrevuela varios trabajos de biofísica de proteínas: si la actividad de una proteína se ve afectada por su dinámica interna y, si es así, hasta qué punto”, sostuvo Pis Diez.
En esa línea, los científicos de la FIL planean usar equipos de resonancia magnética nuclear para llevar adelante una caracterización estructural y dinámica a nivel atómico de la proteína BigR descubierta en Acinetobacter baumanii. “Estudios adicionales demostrarán si es un blanco terapéutico relevante para futuros tratamientos”, agregó Pis Diez.
Asimismo, los investigadores pretenden evaluar si esas proteínas también están presentes en otros patógenos relevantes para la salud pública.