Por Enrique Genovar
La pretemporada canalla llega a su fin. Ya no hay demasiado tiempo para ensayos sofisticados. Los dirigidos por Leo Fernández transitan la última parte de la puesta a punto y ya miran de reojo el partido con Independiente, que está a la vuelta de la esquina.
No fue un mercado de pases ordinario para el Canalla. Se desprendió de varios jugadores que no han rendido y eso fue muy bueno. Pero que la única incorporación haya sido Néstor Ortigoza, más allá de toda la jerarquía que el volante le puede imprimir a este equipo, no representa el mejor de los escenarios para Central.
Es cierto que el equipo titular ya puede salir de memoria y que sin dudas ese once será el que dispute la mayor cantidad de cotejos si es que las lesiones ayudan. Pero el pedido de Leo Fernández (que insistía con dos refuerzos más aparte de Ortigoza) no era descabellado, teniendo en cuenta la triple competencia que se le avecina a Central.
Sin embargo, nada ha cambiado desde la novela de Jesús Méndez que terminó con final infeliz (al menos para el cuerpo técnico, que lo pretendía). La llegada del zaguero central se demoró tanto que, a pesar de que se cierre algún refuerzo en las próximas horas, el mismo arribaría con la pretemporada ya casi consumada. Además, luego del hecho de violencia protagonizado por el defensor Fernando Tobio, no hay que descartar ninguna decisión determinante por parte de la cúpula auriazul. Hoy, el Canalla se debe arreglar con lo que tiene.
Central ya hizo rodar la pelota y Leo Fernández fue definiendo criterios y aceitando algunas cuestiones. Está claro que la generación de fútbol estará a cargo de Néstor Ortigoza (que se perderá el duelo ante el Rojo), y que todas las fichas están puestas en la dupla Ruben-Zampedri. Estos fueron los tres actores del gol ante Lanús en el penúltimo amistoso y serán las tres cartas más altas que tendrá el Canalla para comenzar a jugar en este 2018 que no será fácil.