El primer ministro británico pidió una "acción urgente" de la Unión Europea (UE) para resolver los "problemas pendientes" con el acuerdo posterior al Brexit con Irlanda del Norte
El primer ministro británico Boris Johnson pidió hoy una «acción urgente» de la Unión Europea (UE) para resolver los «problemas pendientes» con el acuerdo posterior al Brexit con Irlanda del Norte, según consignaron los principales medios locales.
Johnson acusó a Bruselas de haber «erosionado» y «provocado la preocupación» por el Protocolo de Irlanda del Norte, tras la reciente disputa sobre las vacunas contra el coronavirus y en medio de las crecientes tensiones por los controles posteriores al Brexit en los puertos de Irlanda del Norte.
Ayer las autoridades de Irlanda del Norte debieron suspender los controles aduaneros introducidos tras el Brexit en los puertos de Belfast y Larne, en medio de «preocupantes amenazas» y en un ambiente de creciente tensión en círculos unionistas que defienden el vínculo con el Gobierno británico.
Antes de eso, algunas entregas de mercadería se detuvieron y los supermercados tuvieron dificultades para reabastecer algunos productos el mes pasado, según los medios locales.
A partir del 1 de enero, que entró en vigor el nuevo régimen tras la retirada británica de la Unión Europea, las mercancías que cruzan el mar de Irlanda entre Gran Bretaña y la provincia británica deben someterse a controles aduaneros.
Esto se debe a que, a pesar del Brexit, Irlanda del Norte sigue formando parte del mercado único europeo para evitar reinstaurar una frontera con la vecina República de Irlanda -país miembro de la UE- que amenace la frágil paz entre unionistas protestantes y republicanos católicos alcanzada en 1998 al término de tres décadas de sangriento conflicto.
Las amenazas fueron objeto de duras críticas de las autoridades británicas, y el Gobierno pidió «calma y moderación» tras calificarlas como «completamente inaceptables».
Hoy, el Gobierno británico escribió a la Comisión Europea pidiendo una extensión hasta 2023 de los períodos de gracia para los controles completos de los bienes comercializados entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte .
En una carta dirigida al vicepresidente de la comisión, Maros Sefcovic, que consignó el diario The Guardian y otros medios británicos, el Gobierno solicitó una serie de períodos de gracia, el primero de los cuales expirará a fines de marzo, para ser prorrogados.
En ese sentido, el jefe de la Oficina del Gabinete, Michael Gove informó que se reunirá con el representante europeo esta tarde a través de una videoconferencia para tratar de resolver los problemas comerciales con Irlanda del Norte.
También se informó que Gove pidió a la UE que examine su decisión de prohibir la importación en Irlanda del Norte de algunos artículos como papas de siembra, y el Reino Unido quiere que el Gobierno irlandés pueda negociar un acuerdo para eliminar las barreras al transporte de mascotas.
La primer ministra de Irlanda del Norte, Arlene Foster, por su parte, en declaraciones a la BBC advirtió del peligro de «patear las cosas para adelante», y consideró que necesitan encontrar soluciones que sean sostenibles, viables y duraderas.
Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, dijo que la amenaza había sido un «error que no debería haber ocurrido».