La tercera noche de movilización terminó con algunos incidentes. El país tiene una de las leyes más restrictivas, que prohíbe la interrupción del embarazo incluso en casos de malformación
Polonia vivió este viernes la tercera noche consecutiva de protestas contra el veto al aborto, incluso en casos de malformación. La marcha, convertida ya en el mayor movimiento de protesta de la Polonia poscomunista, terminó con algunos enfrentamientos con la policía, que utilizó gases lacrimógenos contra los manifestantes.
Polonia tiene una de las leyes más restrictivas de Europa desde la aprobación, el miércoles, de una nueva norma que ilegaliza la interrupción del embarazo incluso en caso de malformación del feto.
Centenares de activistas pro-aborto, colectivos feministas y otras organizaciones desfilaron por la capital polaca y otras ciudades. La noche del jueves se dieron los primeros altercados, saldados con la detención de 14 activistas.
Algunos de ellos habían entrado en el recinto del Tribunal Constitucional, de donde salió el fallo el pasado octubre que ha dado paso a la nueva ley. Un alto tribunal que está bajo control del partido gobernante Ley y Justicia, cuya ala ultraconservadora ha impulsado la ley.
Hasta la fecha, alrededor del 98% de todos los abortos legales en el país se realizaron por causa de malformación fetal. Pero ahora las únicas justificaciones legales para abortar en Polonia son que la vida o la salud de la mujer estén en peligro o que el embarazo sea consecuencia de una violación o incesto.
Hasta ahora se practicaban apenas 2.000 abortos legales al año. Sin embargo, organizaciones de defensa de derechos de la mujer calculan que cerca de 200.000 mujeres abortan ilegalmente en Polonia cada año y temen que la cifra aumente cuando se implemente la sentencia del TC.