La saturación de los hospitales, la falta de insumos y el mercado negro complican el panorama del país andino para afrontar la emergencia sanitaria provocada por la pandemia
Perú afronta severos problemas para responder de forma adecuada a la pandemia del coronavirus y en las últimas horas decenas de personas se vieron obligadas a acampar en plena calle para poder recargar sus respectivos tubos de oxígeno y ayudar en la asistencia de sus seres queridos contagiados con covid-19.
Una de las escenas más dramáticas se ve junto a la empresa Criogas, en la ciudad portuaria del Callao, donde desde hace algunas noches muchos ciudadanos deben dormir junto a sus tanques mientras esperan el suministro. Allí, a minutos de la capital, cientos de cilindros verdes están acomodados en una fila, dispuesta por orden de llegada, y llevan inscriptos los nombres de los pacientes para poder identificarlos.
En medio de la escasez, las familias pueden cargar apenas la mitad de sus tubos —5 metros cúbicos— por 100 soles (27 dólares). En promedio, este sitio realiza unas 120 recargas al día, pero a veces los tanques son tantos que los solicitantes pueden estar dos jornadas aguardando para conseguir un poco de oxígeno.
Frente a este difícil escenario, algunos peruanos consiguen que otros conocidos resguarden sus ubicaciones en la fila durante el día, para poder trabajar o asistir al enfermo, y luego regresar por la noche para seguir esperando.
Así, las carpas, frazadas y asientos improvisados reflejan cómo impacta la pandemia en esta jurisdicción del país andino. Además, muchos optan por acercarse a Callao incluso desde localidades más alejadas.
#Oxígeno Ante denuncia de una distribuidora de oxígeno medicinal por falta de seguridad para realizar su trabajo, demandamos a @PoliciaPeru reforzar resguardo a establecimientos que venden productos médicos esenciales para atender a pacientes con #COVID_19. #DerechoALaSalud(1/3) pic.twitter.com/eGEZeZ970p
— Defensoría Perú (@Defensoria_Peru) January 28, 2021
Por otro lado, con ese contexto de alta demanda también hay lugar para el mercado negro de oxígeno en la nación sudamericana. En efecto, por esta vía ilegal se pueden conseguir tubos cargados con 10 metros cúbicos a unos 1.500 soles (405 dólares).
Ante esta clase de situaciones, la Defensoría del Pueblo pidió a la Policía redoblar el reguardo a las oficinas que venden productos médicos esenciales. También le solicitó a la Fiscalía Especial de Prevención del Delito «investigar e identificar a eventuales acaparadores de oxígeno medicinal».
Con ese tono, incluso le remarcó a la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) que debe «difundir un listado actualizado de centros autorizados para su comercialización».
Por último, enfatizó que solo se debe comprar oxígeno en caso de que los establecimientos médicos no puedan brindarlo.
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Durante varias semanas, Perú estuvo entre los países más impactados por la emergencia sanitaria, liderando incluso la cantidad de muertes por cada 100.000 habitantes. Esta compleja situación estuvo acompañada por el colapso en la atención médica, donde muchos centros de salud se vieron saturados.
Actualmente, se repite el contexto de falta de disponibilidad, por eso muchos de los pacientes que requieren oxígeno permanecen en sus hogares. Además del colapso, varios enfermos no acuden a hospitales por temor a someterse a nuevos contagios o encontrarse con falta de insumos.
Los datos oficiales del Ministerio de Salud muestran que la situación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) es alarmante: de las 1.916 camas con respiradores disponibles en todo el país, solo hay 97 libres. Si se contabilizan exclusivamente las instituciones privadas, de sus 292 plazas tan solo quedan siete, con números actualizados hasta el 27 de enero.
Frente a esta situación general, el Gobierno de Francisco Sagasti determinó el confinamiento para diez regiones, incluyendo a Lima. La medida restrictiva se aplicará desde el 31 de enero hasta el 14 de febrero.