La industria propone vender menos cortes (8) y que, como compensación, les bajen retenciones a los productos de más valor agregado (envasado en frío)
La fuerte suba que están registrando las cotizaciones de los granos mete mucha presión a los precios de los alimentos en las góndolas. Ese alza, que pone a los granos en los valores de 2014, fue uno de los varios detonantes del conflicto por el maíz, que el gobierno y las agroindustrias terminaron de destrabar el martes en medio de un paro de la Mesa de Enlace.
Y mientras empieza a tomar calentura la situación por el trigo, que subió 50% desde marzo complicando seriamente la industria molinera que ahora le pide al gobierno que libere los precios máximos de la harina que venden a las panificadoras. Y también el aumento llega a la ganadería y la industria frigorífica, que cerró el año con una suba del 70% acelerada en diciembre cuando el aumento de precios en el mostrador fue del 25% dejando el kilo de asado en torno a los $700.
Y en un intento por contener los precios, el Ministerio de Agricultura inició conversaciones con los principales frigoríficos exportadores, reunidos en el consorcio ABC, para intentar cerrar un acuerdo de precios populares para determinados cortes
Antes de las Fiestas de Fin de Año el gobierno hizo un primer acuerdo por 1.300 toneladas (que incluyó al asado que se vendió a 349 pesos, el vacío a 459 pesos y el matambre a 479 pesos), pero no sólo se trató de un muy escaso volumen (el 1% del consumo) sino que se comercializaron sólo en cadenas nacionales de supermercados. Es por eso que ahora el gobierno le pidió a los industriales una mayor compromiso de tonelaje.
En concreto, piden que la oferta incluyera 13 cortes. Pero para la industria es imposible porque quedan muy pocos (cuadril, lomo, bifes y algunos más) para ser negociado con libertad o al menos sin restricciones oficiales de precios y por eso contra-ofertó 8 cortes vacunos. Y a cambio pidieron que que les rebajen las retenciones (son del 9%) sobre los cortes los que tienen más agregado de valor (procesamiento en la faena y cuarteo, envasado o frío) para compensar la baja de precios y de rentabilidad que tuvo el sector que incluso está sufriendo una baja del consumo.
Los frigoríficos calculan que luego de la fuerte escalada de precios de fin de año, hacia la segunda quincena de enero los valores no seguirán subiendo. En parte porque habrá más afluencia de oferta de ganado en los mercados ya que hacia fin de año, por razones impositivas, a los productores les conviene tener más ganado en stock que dinero en sus cuentas y por eso suelen vender poca hacienda.
“El Presidente (Alberto Fernández) ha sido muy firme al decir que no puede faltar carne vacuna en la mesa de los argentinos”, sostuvo el ministro de Agricultura Luis Basterra, en declaraciones a la prensa. “Hubo una primera experiencia sobre Navidad y Año Nuevo, que nos está alentando para que trabajemos férreamente, a fin de generar accesibilidad de la población para el consumo de carne bovina”, agregó el titular de la cartera agropecuaria.
Sobre el aumento de los precios de los granos, hay que resaltar que si bien el alza se siente en la cotizaciones nacionales los precios que cobra el productor y el acopiador al venderlo a los consumidores mayoristas (feedlots, granjas de cerdo, avícolas, ganaderos, tamberos) por efecto de las retenciones.
Es por eso que si bien a nivel global, por caso, la soja está cotizando a u$s 500 dólares a nivel global, el productor cobra (en pesos al tipo de cambio oficial) algo más de u$s350. No obstante, la suba de la soja es del 90% contra el año pasado ya que cotiza a $29,000 cuando a esta fecha de 2019 valía en el mercado local $15,500.
Finalmente, sobre la incidencia de los costos en el kilo de carne, la Fundación Fada, explica que el precio del maíz tiene una incidencia menor. Es más, el principal costo es el impositivo (28,9%), seguido del feedlot (26%), Cría (24%), la carnicería (12,9%) y frigoríficos (7,3%).