Avi Loeb, del Departamento de Astronomía, cree que un objeto no identificado que entró en nuestro sistema solar en 2017 es una evidencia de que existen otras civilizaciones en el universo.
Avi Loeb, presidente del Departamento de Astronomía de la Universidad Harvard, aseguró el pasado 2 de enero que el ingreso de un objeto a nuestro sistema solar, catalogado por él como “tecnología alienígena”, es evidencia suficiente de que existen otras civilizaciones dentro de nuestro universo.
El evento que Loeb señala se encuentra detallado en su primer libro, denominado «Extraterrestre: El primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra” y a publicarse el 26 de enero del presente año. Allí revela que la supuesta “roca”, que pasó cerca de nuestro planeta en el mes de octubre, contaba con una rapidez y movimientos inusuales.
Según precisa el artículo escrito por The New York Post, este objeto fue detectado por un observatorio en Hawái y fue llamado “Oumuamua” o explorador, por su traducción al español. Se trata, además, del primer objeto interestelar detectado dentro de nuestro sistema solar.
En una primera instancia, los científicos creyeron era un simple cometa. Sin embargo, fue Loeb que mantuvo el beneficio de la duda y prosiguió a investigar en mayor profundidad.
La teoría del profesor de Harvard
Entre algunas de las razones por las que el presidente del Departamento de Astronomía creía estaba ante la presencia de un objeto inusual, se encontraba su forma. La misma se asemeja a la de un cigarrillo, lo cual no es común en ningún cuerpo espacial de origen natural.
Otra de sus peculiares características recae en su brillantez. El objeto poseía una luminosidad incomparable. Parecía estar causi formado por una capa de metal brillante y su intensidad variaba 10 veces cada ocho horas.
Según Loeb, era al menos «diez veces más reflectante que los típicos asteroides o cometas [pedregosos] del sistema solar».
Sin embargo, el motivo por el cual Loeb vaticinó que se trataba de un artefacto construido por otra civilización estaba dado por la forma en la que este se movía. En ningún momento, Oumuamua siguió la trayectoria anticipada por los científicos.
Por ende, el profesor de Harvard infirió se trataba de un objeto que no obedecía la fuerza gravitacional del sol y, en consecuencia, que contaba con dominio propio.
Finalmente, Loeb y otros colegas determinaron que, probablemente, la “roca” fuese en realidad un disco de “basura espacial alienígena”. «Deberíamos motivar a las personas a recopilar más datos sobre el próximo objeto que se vea extraño» concluyó en su libro.