Una mujer paseaba junto a su familia cuando halló al inusual personaje en la cuna y comenzó una cadena de solidaridad para encontrarle una familia
Las imágenes de una perra callejera durmiendo en un pesebre se volvieron virales a las redes sociales en vísperas de Navidad. La tierna escena tuvo lugar en Inhuma, un municipio ubicado en la región noreste de Brasil, donde decidieron armar una cuna de paja en la vía pública como símbolo navideño.
Nádia Rosângela se encontraba de paseo con su familia por la plaza para ver los avances de la decoración navideña cuando se topó con la escena. La situación inspiró una cadena de solidaridad y el perro terminó siendo adoptado por una familia.
«El pesebre es parte de la decoración navideña de la ciudad que aún está por terminar», dijo Nádia al portal Cidade Verde. «Cuando fuimos a ver la cuna nos encontramos con un cachorro durmiendo en el pesebre. Una imagen muy bonita, sobre todo para los cristianos», añadió.
Una mujer pasa junto a un pesebre y nota un perrito friolento que duerme en su interior esto en #Brasil, lo adoptan pic.twitter.com/2ehfIvk6re
— MtyFollow® (@MtyFollow) December 16, 2020
Conmovida por la situación, la mujer no dudó en ayudar. Ante la imposibilidad de llevarse el animal a su casa, decidió hacer algunas fotografías y correr la voz entre sus familiares, amigos y vecinos para ver si entre todos conseguían encontrarle un hogar. «Desafortunadamente, no me lo pude llevar porque ya tengo 3 perros y 12 gatos adoptados», explicó.
En cuestión de tiempo, el espíritu solidario se apoderó de los vecinos y el animal consiguió un hogar para siempre. Un amigo de Nádia fue a la plaza y encontró al cachorro en el mismo lugar y se lo llevó a casa. Gracias a esta cadena solidaria, el perro pudo disfrutar de una segunda oportunidad en la vida.
El cachorro, que resultó ser hembra, recibió el nombre de ‘María’. Además, se descubrió que el animal tiene una hermana, que también encontró un nuevo hogar.
«Fue un final feliz. La perrita del pesebre fue bastante difícil de atrapar. Parece que la trataron muy mal en las calles. Pero cuando la persona que la adoptó la recogió en su regazo, pareció entender que sería su dueña», dijo Rosangela.