Infectólogos nacionales coincidieron que todo tiene que ver con la fase de testeo en la que está la dosis
Vladimir Putin, el presidente ruso de 68 años, reveló este jueves que aún no se aplicó la vacuna Sputnik V porque no está recomendada para mayores de 60. Estas declaraciones generaron revuelo y preocupación. En Argentina, las primeras que iban a recibirla, además de los trabajadores esenciales, iban a ser las personas de riesgo, es decir, con patologías previas o mayores de 60.
El infectólogo y asesor presidencial durante la pandemia Eduardo López explicó que los dichos del mandatario hacen referencia a que ninguna vacuna en fase 2 puede ser testeada en mayores de 60 a La Nación. «La vacuna rusa de fase 2 que está publicada enroló gente de hasta 60 años para las pruebas. No se permite en fase dos enrolar a voluntarios mayores de 60, pero la fase 3 de los rusos, que se va a publicar en los próximos días, incorpora voluntarios mayores y con comorbilidades», detalló.
Además, indicó: «Lo que dice Putin es en parte cierto porque en la fase 2 no se incorpora a esa gente, pero lo que sí tienen que hacer es publicar los datos de la fase 3 lo antes posible porque no tendría sentido comprar una vacuna que no sirve para los mayores de 60 años».
Por otra parte, Ricardo Teijeiro, infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, aseguró: «Esa evaluación estará terminada a fin de diciembre. Los rusos ya vacunaron a mayores de 60, no es que no se los puede vacunar, pero aún no están esos resultados. De todos modos, aunque los rusos digan que sí se puede usar en personas mayores, luego la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) en nuestro país la tiene que autorizar, es decir que nosotros también la vamos a evaluar, no es que si Rusia aprueba la vacuna ya está lista para que sea aplicada en la Argentina».
Hace una semana, el presidente Alberto Fernández, de 61 años, señaló que no duda de la calidad de la vacuna rusa. «Yo voy a ser el primero en vacunarme», remarcó en ese momento. «Algunos en la Argentina siembran dudas sobre la calidad científica rusa, pero el instituto donde se desarrolló la vacuna tiene varios premios Nobel entre su planta de científicos», había aseverado.