Según publicó el Incaa, el festival tuvo 250.000 visualizaciones vía la web oficial, 100.000 a través de Cine.ar Play y TV y 180.000 vistas en el canal de YouTube
El avance de la pandemia del nuevo coronavirus llevó a las autoridades a implementar restricciones sociales que sin lugar a dudas tuvieron a las salas de cine como las más perjudicadas entre las medidas, pero que también hicieron aflorar una gran cantidad de plataformas y a cambiar la modalidad de los festivales.
El Festival de Mar del Plata, único Clase A de la región, decidió pasar a la virtualidad, con un catálogo acotado, para no perder una continuidad que mantiene desde 1996. La edición 35 de la cita cinematográfica contó con 175 filmes en total, lo que significó una merma del 50 por ciento con respecto a las ediciones presenciales que suele tener ese encuentro.
Según publicó el Incaa, el festival tuvo 250.000 visualizaciones vía la web oficial, 100.000 a través de Cine.ar Play y TV y 180.000 vistas en el canal de YouTube.
Durante la pandemia, Cine.ar Play cumplió cinco años desde su lanzamiento, período en el que alcanzó 1.800.000 suscripciones, 10.000.000 de visualizaciones de su contenido y 21.700.000 visitas a su catálogo.
A su vez, en agosto el Incaa informó que desde que comenzó el aislamiento obligatorio, 158.000 usuarios se conectaron a la plataforma par ver los estrenos de la semana, un incremento del 85% en visualizaciones totales y 96% de usuarios nuevos por mes, respecto al mismo periodo del año anterior.
Estos números sucedieron también gracias a la decisión del Instituto de suplantar los estrenos en sala por el sitio, algo que significó no sólo un aumento virtuoso en la oferta cinematográfica, sino también un ingreso económico para los realizadores que, además, presentaron sus cintas en el canal Cine.ar TV.
La pandemia también impulsó la aparición de la plataforma Puentes de Cine, del colectivo PCI, que no sólo presenta un buen catálogo de películas independientes argentinas sino también de producciones internacionales que, luego de su estreno, ofrecían charla con los directores.
Además, la industria nacional tuvo cintas como «Corazón loco», de Marcos Carnevale, y «Crímenes de familia», de Sebastián Schindel, que debieron saltear la pantalla grande e ir directamente a Netflix, empresa que, al comienzo de la pandemia, otorgó subsidios para trabajadores de la industria desempleados.