El aceite de menta es un producto de origen natural que ha sido investigado por sus efectos en las personas que padecen el síndrome del intestino irritable
El aceite de menta es un producto de origen natural cuyas propiedades han sido estudiadas por sus efectos en las personas que padecen el síndrome del intestino irritable. Según estudios recientes, como uno publicado en BMC Complementary Medicine and Therapies, este producto se postula como una terapia segura y eficaz frente al dolor y los síntomas de esta enfermedad.
La menta se ha empleado desde la antigüedad con varios fines medicinales. Tanto sus hojas como su aceite esencial se han incorporado en bebidas, extractos y ungüentos que sirven como coadyuvantes ante afecciones como el resfriado, el dolor de cabeza o problemas digestivos.
Ahora bien, no hace mucho, la ciencia determinó que el aceite esencial de menta tiene potencial terapéutico contra el síndrome del intestino irritable (SII). En particular, contribuye a controlar síntomas como el dolor, el estreñimiento, la inflamación y los gases.
De hecho, una revisión de estudios publicada en The BMJ concluyó que el aceite de menta fue más eficaz que el placebo en el tratamiento del síndrome del intestino irritable. Incluso, sus efectos parecen superar a los de la fibra y se comparan con los de los medicamentos antiespasmódicos.
Pero, ¿por qué es efectivo? Los investigadores sugieren que este ingrediente tiene actividad antiespasmódica. El mentol, uno de los compuestos activos de la menta, produce un efecto relajante sobre el músculo liso intestinal. Así, consigue reducir la distención abdominal, el dolor, la sensación de evacuación incompleta, el estreñimiento y la diarrea.
Según informó el portal Mejor Con Salud, en un ensayo controlado aleatorio compartido en Digestive and Liver Disease, un tratamiento de cuatro semanas con aceite esencial de menta resultó útil para calmar los síntomas abdominales del SII.
A su vez, una investigación en la revista médica Alimentary Pharmacology & Therapeutics observó que este aceite tiene otros mecanismos de acción contra el SII, como la modulación de la sensibilidad visceral, su actividad antimicrobiana y su efecto antiinflamatorio.
¿El aceite de menta es un tratamiento seguro?
Hasta la fecha, la mayoría de estudios han determinado que el aceite de menta tiene un buen perfil de seguridad. Pese a esto, son necesarias más investigaciones y su uso no debe tomarse a la ligera. Es necesario tener en cuenta que no es un tratamiento de primera elección y su consumo debe hacerse de manera responsable, preferiblemente bajo supervisión médica.
En grandes dosis, la menta y sus derivados tienen efectos negativos. Por ejemplo, se ha observado que interfiere en la absorción de vitaminas, minerales y medicamentos. Además, administrado por vía oral puede detonar ardor estomacal, sequedad en la boca y náuseas. En pocos casos, también provoca reacciones alérgicas.
¿Cómo se usa el aceite de menta en el tratamiento del síndrome del intestino irritable?
De momento, los estudios que se han hecho sobre el aceite de menta y el síndrome del intestino irritable se han centrado en su presentación en cápsulas. No hay evidencias sobre los mismos efectos al beber té de menta preparado a partir de las hojas. Aun así, esta bebida se considera segura.
Las cápsulas de menta suelen tener un recubrimiento entérico que evita que los jugos estomacales la descompongan. Con esto, no se disuelven hasta llegar al intestino y se evita la aparición de efectos secundarios, como la acidez estomacal que ya mencionamos. Las dosis, por lo general, son las siguientes:
- Adultos: de 0,2 ml a 0,4 ml de aceite de menta, 3 veces al día.
- Niños de 8 años en adelante: de 0,1 ml a 0,2 ml de aceite de menta, 3 veces al día.
Cabe apuntar que no se debe consumir de manera simultánea con antiácidos, ya que los mismos rompen su recubrimiento. Además, las cápsulas se deben tragar enteras. No es conveniente usar aceite de menta solo; es necesario usar la dosis correcta que ya viene medida en las cápsulas.
Recomendaciones para pacientes con síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable es una enfermedad que requiere un abordaje multidisciplinario. Por eso, aunque complementos como el aceite de menta ayudan contra sus síntomas, la consulta médica es fundamental.
Tanto médicos como nutricionistas -y hasta psicólogos- pueden orientar hacia métodos efectivos para reducir los síntomas y evitar complicaciones. Es necesario modificar la dieta y propender a un estilo de vida saludable. Por eso, vale la pena considerar lo siguiente:
- Asegurar un consumo óptimo de fibra.
- Evitar el gluten.
- Adoptar un plan de alimentación especial, conocido como «dieta baja en FODMAP».
- Hacer ejercicio físico.
- Evitar situaciones estresantes.
- Dormir bien.
- Consumir agua y bebidas saludables.
- Seguir el tratamiento sugerido por el médico.
- Acudir a terapia psicológica.
Las investigaciones sobre los tratamientos coadyuvantes contra el síndrome del intestino irritable siguen en progreso. Por eso, en la actualidad es posible usar complementos, como el aceite de menta, a la hora de manejar los síntomas. De todas maneras, es bueno consultar al médico antes de elegirlos.