"Tenemos 11 millones de personas con asistencia alimentaria. En las últimas semanas el número empezó a bajar, pero es una verdadera situación crítica", advirtió el ministro de Desarrollo Social
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, afirmó que el rasgo más preocupante de la pobreza es que hay un 60 por ciento de niños alcanzados por esa situación y aseguró que el país, con «tres generaciones de excluidos», corre el «riesgo» de sumar una nueva descendencia sin trabajo.
En un reportaje que publica hoy el diario Clarín, Arroyo señaló que «la situación social es crítica en la Argentina. Hay un dato más complicado que plantea la UCA que es que más del 60 por ciento de los chicos son pobres», y recordó que «la pobreza estructural es del 30 por ciento».
«Tenemos 11 millones de personas con asistencia alimentaria. En las últimas semanas el número empezó a bajar, pero es una verdadera situación crítica», advirtió el ministro.
Insistió con que actualmente la Argentina tiene «tres generaciones de excluidos» y graficó que hay jóvenes que no vieron a su padre trabajar y que ahora son ellos quienes tienen hijos a su cargo. «Corremos el riesgo de tener una cuarta generación de excluidos», advirtió.
En el reportaje, Arroyo reiteró que «no hay condiciones para un conflicto social, no hay ánimo», si bien aceptó que «hay mucha gente que está angustiada».
«Diciembre siempre es complejo, porque nos miramos en el espejo del año», reflexionó.
Consultado sobre qué debería ocurrir para que la asistencia alimentaria vuelva a los niveles previos a la pandemia, Arroyo evaluó que «va a pasar mucho tiempo para que vuelvan a ser 8 millones» de personas las asistidas (y no 11 millones como ocurrió a causa de la pandemia).
«Está claro que la situación social es mucho más crítica y que el costo de los alimentos es un problema grave en la Argentina», sostuvo, pero remarcó que en las últimas 4 semanas disminuyó la cantidad de personas que asiste a los comedores.
Si bien admitió que esa baja «no es significativa aún», la economía empezó a mostrar «más apertura» y ya empezaron las «changas en los sectores de la construcción y textil».
Arroyo expresó su preocupación por la alimentación de los menores al señalar que existe «un serio problema de calidad nutricional» porque las comidas en los sectores vulnerables consisten en «mucho fideo y arroz y pocas verduras, frutas y carnes».
«Necesitamos que los chicos coman mejor, para que tengan mejores condiciones y un mejor desarrollo», enfatizó.
Sobre la finalización del programa IFE, Arroyo señaló que esa ayuda «marcó el verdadero nivel de informalidad» de la Argentina, con «entre 15 y 16 millones de personas que se beneficiaron» con esa asistencia.
Apuntó que fueron «nueve millones de familias» y que esos datos mostraron el «verdadero nivel de informalidad del país».
«Hay una parte importante de la gente que la tiene más complicada: los jóvenes y los nuevos pobres, los que se quedaron sin trabajo. Por eso generamos el Plan Potenciar Inclusión Joven para jóvenes de 18 a 29 años, becas de $8500 por 12 meses para proyectos productivos, culturales y educación», subrayó.