El atacante Antoine Griezmann percibía «un poco más de presión» como integrante de la selección francesa hace dos años en la Eurocopa que su país albergó que ahora en el Mundial-2018 en Rusia, donde los Bleus disputan el martes las semifinales ante Bélgica en San Petersburgo.
«En la Eurocopa había un poco más de presión porque como era en Francia nos dábamos cuenta de qué hacíamos y de la repercusión que eso tenía», explicó el delantero del Atlético de Madrid en los medios de comunicación de la Federación Francesa de Fútbol (FFF).
Francia fue subcampeona de esa Eurocopa-2016, cayendo 1-0 en la prórroga de la final ante Portugal, y Griezmann fue elegido el mejor jugador del torneo, además de ser el máximo anotador (6 dianas).
Preguntado sobre el partido del martes ante los belgas, Griezmann estimó que su equipo debe «ser fuerte atrás y luego, las pocas ocasiones que habrá, intentar aprovecharlas para sacar adelante el partido y ponerlo a nuestro ritmo».
La selección de Bélgica «tiene una gran trayectoria» y por ello insistió en la necesidad de «trabajar bien defensivamente».
En el plano personal, Griezmann estimó que está yendo de menos a más en el torneo y que cada vez se siente mejor, por lo cual está ilusionado con hacerlo bien en la semifinal.
«Es un partido de los que me gustan, o ganas o estás fuera, ahí es donde se ve el nivel de los jugadores. Yo estoy mejor, con confianza, y termino mejor los partidos, me recupero más rápido. No estoy cansado», sonrió.