San Francisco, Hong Kong o Montreal son las tres ciudades que han decidido prohibir la venta de estas botellas de un solo uso, que se están convirtiendo en un grave problema ambiental. Sucede que cada minuto se consume un millón de botellas de agua en el mundo, una cifra gigantesca que hace inviable el reciclaje de todas ellas.
En Bundanoon , un pequeño pueblo australiano de menos de 3.000 habitantes, en el 2009, todos los miembros del consejo municipal, a excepción de dos, votaron a favor de esta medida después de que una empresa de bebidas anunciara sus planes para embotellar agua proveniente de una reserva subterránea cercana. Su objetivo: contribuir a reducir el impacto de las botellas de plástico en el medio ambiente.
Otro de los lugares que visibilizó el problema fue San Francisco (Estados Unidos) y decidió prohibir la venta de agua embotellada en plástico en suelo público. La normativa se aprobó en el 2015 y afecta a eventos organizados en parques, ferias locales o centros de convenciones. Ya en el 2013, la ciudad de Concord fue la primera comunidad de Estados Unidos en prohibir las botellas de agua de plástico. Incluso la gran Nueva York también se está planteando prohibir las botellas de un solo uso en los parques y playas públicas de la ciudad.
Hong Kong ya no tiene botellas de plástico en las máquinas expendedoras ubicadas en espacios públicos, como complejos deportivos, palacios de congresos, oficinas y parques gestionados por la administración pública. Está prohibido. La limitación, sin embargo, se circunscribe a aquellos envases con menos de un litro de capacidad. Tampoco en Montreal (Canadá) se venden botellas de plástico de un solo uso en todos aquellos eventos o dependencias que dependan de la alcaldía de la ciudad.
En zonas de España como Andalucía, Baleares o Navarra se puede pedir sin problemas agua del grifo en bares y restaurantes. Están obligados a servirla a sus clientes de forma gratuita y complementaria a la consumisión que estén efectuando. Catalunya ha prohibido las botellas de plástico no reutilizables en las sedes de los departamentos y entes del sector público de la Generalitat.