La víctima es un hombre cordobés de 48 años. Su familia denunció a la policía salteña por accionar de forma incorrecta y querer tapar un abandono de persona
Un hombre murió el pasado viernes 20 de noviembre en Salta, tras ser detenido por personal policial que pensó que estaba alcoholizado, cuando en realidad había sufrido un ACV. Norberto Meana tenía 48 años, era cordobés y se encontraba en la provincia del norte por su trabajo como camionero. Su familia acusó a la policía de esa provincia por accionar de forma incorrecta y querer tapar un abandono de persona.
Meana fue detenido el 20 de noviembre por la policía de la localidad de Coronel Cornejo, que creyó que estaba borracho, cuando en realidad el hombre estaba sufriendo un Accidente Cerebro Vascular (ACV). Meana estaba en la provincia de Salta por motivos laborales. Transportaba una carga de la empresa Arcor hacia Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, cuando tomó la decisión de descansar en una estación de servicio porque no se sentía bien, según detalló el portal Qué Pasa Salta.
El camionero siempre estuvo en comunicación con su familia de Córdoba. “A través del satélite logramos ubicarlo en Cornejo. Mi primo Daniel llamó a la policía y cuando le preguntó por mi hermano le dijeron que ‘no iban a tolerar más, no sabemos qué sustancia o qué tomó este tipo’, y mi primo le pregunta si habían llamado a un médico, el policía se quedó callado», relató Facundo Meana, el hermano del camionero al diario El Tribuno.
Luego de haber sido detenido durante 15 horas por la policía de Coronel Cornejo, el hombre fue derivado el lunes 16 de noviembre al hospital de Mosconi y de ahí lo trasladaron de urgencia a un hospital de Tartagal donde confirmaron el diagnóstico: Norberto tenía un ACV hemorrágico, según constató el médico Eduardo Tobal.
La incertidumbre de la familia Meana es cómo hizo la policía para llevarse a Norberto de la ruta. «Pienso que quizás mi hermano se bajó a orinar, lo vieron tambaleando y se les ocurrió que estaba borracho. Lo cierto es que no se contactaron ni con la familia, ni con la empresa para la que estaba trabajando, con nadie. Se lo llevaron esposado y lo dejaron en un calabozo. Todo ese tiempo su estado se agravó y lo condujo a la muerte», dijo Facundo, y concluyó: «Lo esposaron de tal manera que tenía las manos hinchadas. En el hospital de Tartagal le sacaron la ropa y cuando pregunté por qué me dijeron que estaba todo mojado. Cuando vi el pantalón parecía que había cruzado el río, estaba todo orinado. Mi hermano padeció necesidades básicas y no fueron capaces de hacer algo, lo abandonaron y terminaron matándolo».
Fuente: La Voz