Diego no sólo fue un activista cubano sino que apeló además al renombrado sistema de salud de la isla para sus recurrentes curas contra las adicciones
En sus múltiples facetas, Diego Armando Maradona fue un militante frente al mundo de las bondades de la Revolución Cubana, y no ocultaba su admiración hacia el comandante Fidel Castro, quien falleció el mismo día que el crack argentino, cuatro años atrás.
Maradona no sólo fue un activista cubano sino que apeló además al renombrado sistema de salud de la isla para sus recurrentes curas contra las adicciones.
Maradona llegó a Cuba por primera vez el 18 de enero de 2000 procedente de Montevideo, tras sufrir una grave afección cardíaca por su adicción a la cocaína que estuvo a punto de causarle la muerte.
Diego y el comandante Fidel se conocieron en 1987, y con los años Maradona y el histórico líder cubano construyeron un vínculo muy afectuoso y de respeto.
Maradona consideraba a Fidel como «el más grande de la historia», expresión que repetía en varias oportunidades.
Hace cuatro años, Maradona despidió con profundo dolor al líder de la Revolución cubana, a quien definió como «un segundo padre» por la relación personal que los unía.
En aquella oportunidad, el astro argentino reconoció que estalló «en un llanto infernal» cuando le dieron la noticia y se estremeció al recordar «la emoción que se siente al estar frente a una leyenda como fue Fidel».
Con sensibilidad, Diego evocó que lo vio por última vez en 2013 y que entonces el expresidente le preguntó: «¿Me venís a despedir? Me explotaron los ojos de lágrimas, yo no lo iba a despedir para nada, lo iba a ver y lo noté frágil. Nos quedamos hablando durante una hora».
«Fue como un segundo padre para mí, le debo muchas cosas. Me aconsejaba mucho, me hablaba de mi enfermedad, me decía que no fuera tonto, estaba siempre pendiente de lo que hacía y cada vez que necesitaba algo era el primero en llamarme», agradeció Maradona, quien fortaleció su relación con Castro durante su establecimiento en La Habana entre febrero de 2000 y marzo de 2004 para recuperarse de su problema de adicción a la cocaína.
«Tuve una relación con Fidel que no sé si muchos deportistas cubanos la tuvieron. Lo llevaré siempre en mi corazón y en la piel, porque lo tengo tatuado (en su pierna izquierda)», reafirmó en diálogo con medios argentinos el 25 de noviembre de 2016 desde Croacia, donde seguía al equipo argentino de tenis en la Copa Davis.
En términos políticos, Maradona definió en varias oportunidades a Castro como «el único Comandante» y no dudó en que «desde el cielo seguirá guiando a los pueblos junto al ‘Che’ (Ernesto Guevara) y (Hugo) Chávez».
«Hoy vivimos un momento en el que cualquier político se vende por un par de zapatillas por eso es más terrible esta pérdida. Fidel siempre peleó por lo que pensaba, por sus ideales… Nunca compró votos, puso la cara y tuvo una enorme sensibilidad para con su pueblo y para con todos», distinguió.