El fiscal Federico Delgado planteó este domingo que «la Justicia federal es históricamente tolerante con el gobierno de turno y feroz cuando esas personas dejan el gobierno».
Según el razonamiento del fiscal, la aceleración de las causas contra ex funcionarios del gobierno kirchnerista obedece a una matriz histórica, aunque aclaró que «no se puede generalizar». «No sería desatinado pensar que, en algunos de esos casos, la ley se utiliza simplemente como un acto de venganza o para ejercer el poder, pero no se puede generalizar y debe haber un poco de todo», evaluó en declaraciones a radio La Once Diez.
En esta línea, negó que todo el accionar judicial contra ex funcionarios del gobierno anterior pueda reducirse a la lógica de la «persecución política». «En algunas causas que intervinimos, por ejemplo la de los bolsos de (José) López, ahí no había persecución política. En la compra de trenes chatarra de (Julio) De Vido no había persecución política. «Ahora, es probable que en la ´maromba´ de cosas que han pasado, con la rapidez que han pasado y por la magnitud de las cosas que se han hecho, en algunos aspectos, la ley se haya aplicado como un arma», analizó.
Delgado puso como ejemplo las denuncias que la diputada Elisa Carrió había presentado en 2008 contra la ex presidenta Cristina Kirchner y contra el empresario patagónico Lázaro Báez, causas que recién cobraron vuelo cuando finalizaba el Gobierno del Frente para la Victoria. «La Justicia federal históricamente es tolerante con el gobierno de turno y es feroz cuando esas personas dejan el gobierno. Esta es una marca histórica de la Justicia Federal.
Elisa Carrió en 2008 denunció a Cristina Kirchner y a Lázaro Báez, y en 2015 o 2016 esa Justicia, con las mismas pruebas, lo metió preso (a Báez). No lo digo yo, lo dicen los hechos», indicó.
Según el fiscal, también pesa en la velocidad en que se están tramitando las causas que involucran a funcionarios del Gobierno anterior el «nivel de violencia» con que el kirchnerismo trataba a actores importantes de la Justicia.
«El kirchnerismo, por la propia forma en que se relacionaba con la Justicia, generó muchos rencores por el nivel de violencia con el que el kirchnerismo destrataba a las personas. Creo que es uno de los factores que pueden explicar algunas decisiones. De eso estoy casi seguro», reflexionó.
En cambio, indicó que la relación de Cambiemos con la Justicia es más «sutil», aunque reconoció que el Gobierno actual también tiene operadores judiciales. «En un país como Argentina, con una institucionalidad porosa, es una terrible mentira negar que existen operadores judiciales. Como existen en el Poder Ejecutivo y en el Legislativo, existen en el Judicial. Nosotros tuvimos una causa contra (Daniel) Angelici y demostramos que había intervenido en reuniones del juez (Norberto) Oyarbide».