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«La reforma judicial debe tener como desafío una institucionalidad basada en la solidaridad»


Así lo manifestó Jorge Auat, ex fiscal e integrante de Justicia Legítima, quien destacó que "hay que pensar en un nuevo contrato social"

El ex fiscal e integrante de Justicia Legítima, Jorge Auat, consideró que «el desafío de una reforma judicial se debe basar en una nueva institucionalidad basada en la solidaridad», lo que implica «un nuevo contrato social».

«El gran desafío de esta reforma que impulsa el Poder Ejecutivo, así como de cualquier reforma que se intente en el Poder Judicial tiene que ver con pensar en una institucionalidad que se asiente en la solidaridad», dijo Auat en una entrevista con Télam.

La reflexión del ex fiscal está en sintonía con las conclusiones vertidas por el ex juez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Eugenio Zaffaroni, quien se pronunció en el mismo sentido esta semana en el encuentro anual de Justicia Legítima, una asociación que reúne a especialistas del derecho.

«Hay que pensar, casi diría, en un nuevo contrato social, pasa por ahí la convocatoria», remarcó Auat, tras añadir que «es cierto que la Revolución Francesa se produjo porque el pueblo pugnó por la libertad, la igualdad y la fraternidad, y en particular por estos dos últimos, y en ese sentido, coincido con Zaffaroni estamos en el peor de los mundos».

De este modo, Auat hizo propio el análisis con el que el ex miembro de la Corte cerró el seminario en el que también citó estos conceptos y remarcó la importancia de lograr un «modelo de Estado solidario».

«Esto será como resultado del reclamo de los pueblos, por eso repensemos la institucionalidad y si siempre estas instituciones fueron así, y contaron con la defensa de los que se arrastran por las cloacas, justamente es porque tenemos que pensar otras instituciones», dijo Zaffaroni.

Del encuentro que tuvo lugar la semana última también participó la ex procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó, quien expuso sobre la importancia de realizar los cambios bajo la perspectiva de la inclusión y la igualdad de género.

En esa misma línea, en diálogo con Télam, Auat consideró que «hay que ir hacia una reconstrucción de la sociedad luego de este gran desencuentro basado en las desigualdades sociales de las que muchos se beneficiaron».

«En este sentido, la desintitucionalición también fue estratégica, no estamos donde estamos por casualidad, el poder imperante siempre buscó romper las reglas del juego en las que en realidad lo que triunfa es la ley del más fuerte. Hay que romper ese paradigma», dijo.

Para Auat, «toda reforma es buena y todo proyecto tiene una mirada auspiciosa», y «el problema consiste en ver si los elementos que vamos a tocar constituyen un cambio».

Por eso, se preguntó si los impulsores de esos cambios serán «los mismos protagonistas que hasta hoy han mantenido el statu quo».

Otro tema que se analizó fue el de la cantidad de miembros de la Corte, asunto sobre el que Auat fue terminante: «Es una vergüenza que sólo cinco personas decidan sobre los destinos de los 45 millones que vivimos en el país».

«Es inadmisible, pero bueno, sucede que el país se fue deteriorando y, como los pueblos no se suicidan, habrá que buscar salidas y estrategias para resolverlo», completó en diálogo con Télam.

Algo similar planteó Zaffaroni: «Tenemos que descentralizar. Descentralicemos el poder. No podemos tener una Corte que funciona con cinco personas. Antes, teníamos nueve, hoy trabajan tres decidiendo el destino de los 45 millones de habitantes».

«Hago abstracción de las personas en esto», aclaró, y se preguntó: «¿A quién se le ocurre que la Justicia puede funcionar de esta manera? Donde se emite una sentencia cada 20 minutos, es absurdo, irracional. No se sabe lo que se firma en la última instancia».

«Tenemos un modelo de Estado vulnerable a los poderosísimos intereses a los que estamos sometidos», analizó Zaffaroni.

Otro punto debatido en el encuentro y sobre el que Auat se pronunció en particular en la entrevista con Télam fue la «necesidad de estudiar sociológicamente cómo se construyó la sociedad» argentina y cuáles son los fenómenos que hicieron que el Poder Judicial se haya desprestigiado tanto».

En este sentido, Zaffaroni aseguró que «el law fare no es nuevo, así como tampoco lo es la persecución política y las mentiras como las fakes news».

«Venimos de arrastrar los valores constitucionales en los que todas las atrocidades se hicieron en nombre del derecho, la república, la familia cristiana mientras desaparecían 30 mil personas», dijo Zaffaroni.

Agregó que el país tiene «una estructura constitucional del poder judicial que es irracional» y afirmó que «no hay otro país que tenga una estructura análoga» y que «el control de constitucionalidad es terriblemente débil».

Por ese motivo, y teniendo en cuenta la «vulnerabilidad de los sectores más desprotegidos», dijo, «se hace imperioso que los cambios sean de abajo hacia arriba».

Con este diagnóstico también coincidieron durante el encuentro de la última semana la titular de Justicia Legítima y de la Agencia Federal de Inteligencia Cristina Caamaño y la interventora del Servicio Penitenciario Federal, María Laura Garrigós de Rébori, entre otros participantes.

«Esos cambios deben tener hacerse con voluntad política, que creo que la hay, pero con un fuerte esfuerzo de todos los que formamos parte del Poder Judicial de romper el statu quo y avanzar hacia una sociedad más igualitaria en materia de acceso a la Justicia y de defensa de derechos básicos del ser humano», concluyó Auat.