Industria 4.0 es un concepto acuñado en 2010 en Alemania que se refiere a la aplicación en los procesos productivos de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, internet de las cosas, análisis de big data, impresión 3D y sensores inteligentes
A raíz de las necesidades generadas por la pandemia de coronavirus en el país se aceleró la adopción de tecnologías 4.0 en la industria, y en la actualidad este sistema de producción abarca a más del 50% del total de los emprendimientos fabriles, que tiene como sustento la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el comercio y los pagos electrónicos y sistemas de integración.
La asesora de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Nación, Paula Garnero, indicó a Télam que «la computación en la nube es utilizada actualmente por el 53% de las compañías del país, mientras que antes de la pandemia alcanzaba sólo al 25% de las firmas».
Además, la economista aseguró que «fue importante la aceleración en los sistemas de integración (conexión máquina-máquina) que fueron incorporados por el 22% de las empresas, logrando un nivel de penetración del 35%».
«Otras tecnologías que se aceleraron son big data, plataformas digitales y servicios móviles que crecieron 17% en pandemia, y son utilizadas actualmente por más del 40% de las compañías», agregó Garnero.
Asimismo, hubo un crecimiento muy alto del teletrabajo o trabajo a distancia, producto de que la cuarentena adoptada para mitigar los efectos de la pandemia puso a las empresas frente a la urgencia de incorporar prácticas y tecnologías digitales para seguir operando e interactuando con clientes y proveedores.
De acuerdo con los resultados de una encuesta en la que participa, Garnero reveló que durante el aislamiento obligatorio «el 68% de las empresas aplicaron modalidades mixtas (combinación de trabajo presencial y teletrabajo) y el 60% cree que mantendrá esa modalidad» cuando la situación se normalice.
Estos datos contrastan fuertemente con los niveles de penetración del teletrabajo previos a la pandemia, que alcanzaban aproximadamente al 20% de las compañías.
Industria 4.0 es un concepto acuñado en 2010 en Alemania que se refiere a la aplicación en los procesos productivos de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, internet de las cosas, análisis de big data, impresión 3D y sensores inteligentes.
Distintos estudios definen la irrupción 4.0 como la cuarta revolución industrial porque está cambiando radicalmente las formas en que se produce, se comercia y se consume a través de la informatización y digitalización de la producción; y la principal novedad es la posibilidad que brinda de integrar los sistemas productivos, volviendo borrosas las clásicas fronteras entre sector primario, industrial y de servicios.
En este sentido, Garnero destacó que «las empresas que incorporan soluciones 4.0 tienen grandes saltos de productividad», y explicó que «este modelo de negocios pone al cliente en el centro de la escena y elimina costos que no agregan valor, como la intermediación».
Además, «tiene una lógica mucho más amigable con el medioambiente porque hay menos desperdicio y mayor uso de energías limpias y de material reciclable y renovable».
Por su parte, el director ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), Diego Coatz, consideró que «Argentina tiene una oportunidad grande porque cuenta con una base productiva importante y un sector de software de punta; entonces, hay capacidad de conectar el mundo del conocimiento vinculado con los servicios con alto valor agregado con el mundo del sector industrial».
Garnero coincidió en que «somos un país con mucho entramado software, fintech; tenemos mucho conocimiento de punta en biotecnología y biomedicina; no vamos a ser desarrolladores de robótica industrial, por ejemplo, pero contamos con un montón de aplicaciones de inteligencia artificial que automatizan procesos, en eso tenemos ya recorrido y mucho potencial».
Respecto al lugar del Estado, la economista postuló que «el sector público tiene que incentivar la incorporación 4.0 en todos los sectores, a través del direccionamiento del crédito, generando programas de desarrollo de habilidades y brindando asistencia técnica casi personalizada a las pequeñas y medianas empresas (pymes)».
El plan de transformación digital pyme y la modalidad Kaizen 4.0 en el marco del Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC); la plataforma Industria Argentina 4.0 y el convenio de integración tecnológica firmado con España, son algunas de las recientes políticas de estímulo impulsadas por el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Sobre este aspecto, el investigador principal en Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Ramiro Albrieu, evaluó que «antes de la pandemia el foco de la política pública estaba puesto en mostrarle a las empresas que las tecnologías 4.0 eran una oportunidad de negocios», pero ahora que ya lo experimentaron se impone «profundizar el nexo entre las empresas y los sectores TIC, esa es la tarea de la política pública».
«La pandemia fue un acelerador del cambio y ahora se generan otro conjunto de desafíos: hay que ver si aquello que se hizo por urgencia o a las apuradas requiere otro tipo de inversión de capital, por ejemplo; hay que discutir cómo apuntalar este cambio, qué cosas hacen falta», advirtió Albrieu.
Propuso «discutir algún tipo de contraprestación con las empresas tecnológicas para que, además de recibir beneficios y aumentar empleo sectorial y exportaciones, ayuden a las demás firmas a incorporar estos adelantos tecnológicos».
«La ley de Economía del Conocimiento es un punto muy importante, es el primer paso sobre el que hay que construir el resto», concluyó el investigador de Cippec.