La capital de Japón sumó más de 500 contagios en las últimas 24 horas. Las autoridades elevaron formalmente la alerta al nivel cuatro, el máximo, lo que implica asumir que el virus "se está extendiendo"
Tokio elevó al máximo su nivel de alerta frente al coronavirus tras registrar por primera vez más de 500 nuevos casos en un solo día, en medio de un repunte de contagios que también se extiende a otras zonas del país y que llevó al Gobierno del primer ministro, Yoshihide Suga, a estudiar nuevas restricciones.
Suga admitió que Japón ese encuentra en «máxima alerta» y que el país asiático contabilizó el martes los 2.201 positivos diarios, por lo que encargó a los ministros responsables de vigilar la pandemia que tomen medidas, al tiempo que exhortó a los ciudadanos a usar barbijos dentro de los restaurantes en la medida de lo posible, según la agencia de noticias Kiodo.
Tokio, uno de los principales epicentros de los contagios, informó hoy 534 nuevos casos, por encima del récord notificado ayer, cuando se registraron 493.
Las autoridades locales elevaron formalmente la alerta al nivel cuatro, el máximo, lo que implica asumir que el virus «se está extendiendo».
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, exhortó a la población a llevar barbijos y reducir las celebraciones de fin de año, si bien no recomendó por ahora un cierre de negocios, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Hasta el momento, las medidas adoptadas en el país asiático desde que empezó la pandemia no fueron de carácter obligatorio, sino que apelaron a la responsabilidad de la población y a la presión social.
Japón aumentó el número de test que realiza, aunque siguen siendo relativamente pocos: cada día, se examinan entre 5.000 y 6.000 personas en la capital, de unos 14 millones de habitantes.
Desde enero, Japón registró 121.000 casos de Covid-19 y un poco más de 1.900 muertes.
No se prevén medidas de confinamiento, para las que serían necesarias nuevas bases legales.
En el caso de Tokio, la persistencia de la pandemia deja en el aire la situación en la que se encontrará de cara a los Juegos Olímpicos, que ya tuvo que aplazar este año.
El presidente del COI, Thomas Bach, y el comité organizador local abogan por seguir adelante con el calendario previsto.