El formato será virtual, en medio de una agenda cargada por las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia
Arabia Saudita recibe este fin de semana la Cumbre del G20, que por primera vez se celebrará en un país árabe, aunque lo hará bajo un formato virtual, en medio de una agenda cargada por las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia.
En la cita planeará también la sombra de la caótica transición política en Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump, aún no reconoce su derrota electoral y donde la casa Blanca no hizo hasta ahora ningún comentario sobre la participación del mandatario.
El rey Salman reúne durante dos días a los jefes de Estado y de Gobierno de las 20 naciones más ricas y de las economías emergentes del mundo, entre ellas la Argentina, para hablar de las «consecuencias de la pandemia» y las «medidas para relanzar la economía mundial», informó la agencia de noticias AFP, que cita una fuente de los organizadores.
En ese marco, la Argentina reiterará su propuesta de crear un Pacto de Solidaridad Global y un Fondo Humanitario ante la Covid-19, formulada por el presidente Alberto Fernández, en marzo, ante los mandatarios de ese foro.
En medio de la pandemia e coronavirus, los países del G20 gastaron 11 billones de dólares para salvar la economía mundial y deben enfrentar una bomba de tiempo: la deuda de los países pobres, enfrentados al derrumbe de sus financiamientos externos, que asciende a 700.000 millones de dólares, según la OCDE.
Aunque la carrera hacia las vacunas se acelera, generando esperanzas de erradicar por fin el virus que infectó a 55 millones de personas y mató a más de 1,3 millones, la economía mundial no ve aún el fin del túnel.
Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB mundial retrocedería 4,4% en 2020.
Aunque el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo estará presente en Riad durante la cumbre, continúa la incertidumbre sobre la participación de Trump.
La pandemia priva al príncipe heredero Mohamed bin Salman de una tribuna mundial y las ONG no van a perder la oportunidad de preguntar a la comunidad internacional sobre la cuestión de los derechos humanos.
Allegados de los militantes presos exhortaron a los dirigentes mundiales a boicotear la cumbre o al menos a presionar a los dirigentes sauditas para que liberen a presos políticos.
«No les faciliten limpiar su balance en materia de derechos humanos», declaró Safa al-Ahmad, director de la ONG de defensa de derechos humanos Alqst, con sede en Londres.
En tanto, Amnistía Internacional (AI) instó a los líderes del G20 a denunciar «la descarada hipocresía» de las autoridades sauditas sobre los derechos de las mujeres, ya que «las auténticas reformistas» del país están «entre rejas».
A pesar de que el empoderamiento de las mujeres ocupa un lugar destacado en la agenda de Arabia Saudita para el G20, las activistas que encabezaron campañas en favor de los derechos de las mujeres «se consumen en prisión o se enfrentan a juicio», aseguró la ONG en un comunicado.
AI instó a los líderes a unirse al llamamiento que pide la liberación «inmediata e incondicional» de Loujain al Hathloul, Nassima al Sada, Samar Badawi, Nouf Abdulaziz y Mayaa al Zahrani, detenidas en 2018 por su trabajo de Derechos Humanos.