Política y Economía

Aporte Solidario Extraordinario: ¿cuál es la opinión de los empresarios?


El dueño y fundador del Banco Macro, Jorge Brito, y el empresario argentino del café Martín Cabrales se refirieron al proyecto que se tratará este martes en la Cámara de Diputados

El proyecto de impuesto a la riqueza cosechó este lunes rechazos, aunque con matices, entre empresarios de primera línea, ya que algunos sectores lo cuestionaron y hasta advirtieron sobre una «rebelión fiscal», mientras que otros se mostraron dispuestos a pagarlo, siempre que sea por «única vez».

El dueño y fundador del Banco Macro, Jorge Brito, consideró que el impuesto a las grandes fortunas creará «rebelión fiscal, desaliento de la inversión y éxodo de personas y empresas».

Por su parte, el empresario argentino del café Martín Cabrales se manifestó a favor «si es por una única vez», pero advirtió que la Argentina necesita una reforma fiscal para «no seguir cazando en el zoológico».

Brito consideró que el gravamen «creará una rebelión fiscal como nunca se ha visto, posiblemente no se cobre nada o poco, y sólo se mediatizará nuevamente una guerra entre el gobierno y los empresarios que no llevará a nada, irritará a la gente y nos acercará un paso más al precipicio».

En una entrevista concedida a Infobae, el dueño del Banco Macro aclaró que no discute el fondo del asunto -la necesidad del Estado de recaudar, y que paguen los que más tienen-, pero que considera a esta propuesta inadecuada.

«Los que más tienen deben ayudar en este momento para paliar los problemas económicos que la pandemia ha agravado», afirmó Brito, pero advirtió que «el camino que ha elegido el gobierno es equivocado por por varios conceptos en los cuales se funda la propuesta. Primero, se eligió como manifestación de riqueza el patrimonio de aquellos que tienen más que una determinada cifra de activos».

Y agregó: «Esto no es por primera vez, sino que se hace a menos de 9 meses de haber establecido un aumento en la tasa del impuesto a los bienes personales, que pasó de 0,25% a 1,25% para los bienes en Argentina y al 2,25% para los bienes en el exterior».

«Este aumento no es por única vez, porque este impuesto se cobra todos los años y se va a seguir cobrando. O sea, ya se impuso un sacrificio adicional en la imposición de este tipo de bienes que lo llevó a una tasa confiscatoria», señaló.

Con respecto a los efectos prácticos que el «aporte extraordinario» podría producir, Brito habló de una más que probable rebelión fiscal.

«Castigar a los emprendedores es castigar a aquellos que tienen que poner esos fondos para la salida de esta tragedia. Si castigamos al que emprende, le estamos quitando los fondos necesarios para iniciar la recuperación y por lo tanto lo empobreceremos o bien se irá del país», alertó.

Dijo que con este gravamen «no estamos pensando en los 100 argentinos más ricos de la lista de Forbes, que por supuesto podrían pagarlo y seguirán teniendo liquidez; sino en los 9.900 argentinos para los que pagarlo tendrá una significación mucho más importante y que son los que desaparecerán con sus medianas empresas o bien se irán del país».

También advirtió que «el gobierno está errando en la forma de tratar de salir (de la pandemia y la crisis económica), apostando todo a crear más impuestos. Si el Estado quiere tomar dinero de las grandes, medianas y pequeñas fortunas, no debería aplicarse un impuesto tal como está diseñado en este proyecto. Existen varias alternativas, que deberían pasar por algún tipo de empréstito barato para el Estado».

Por su parte, Cabrales aceptó la posibilidad de un pago extraordinario, pero también recordó que en «Argentina cada vez que se puso un impuesto por una sola vez, quedaron 20 ó 30 años». Por eso, señaló que en este caso hay que hablar de «aporte solidario y no de impuesto».

Consultado sobre si votaría el proyecto si fuera legislador, el empresario dijo que se «abstendría», dado que consideró que se debe aplicar una reforma tributaria de fondo para solucionar los problemas estructurales de la Argentina.

«Creo que hay que darle una solución al problema a la pobreza estructural de la Argentina, como hay que darle una solución a la desocupación», indicó.