Con una "apertura testimonial y necesaria", según contó el empresario Carlos Rottemberg, anoche se dio el primer paso para la reactivación del sector
El empresario y productor teatral Carlos Rottemberg aseguró que la vuelta de la actividad teatral que anoche se concretó en dos salas comerciales del centro porteño después de casi ocho meses de aislamiento debido a la pandemia de coronavirus «resultó un paso importante y necesario» pero también sostuvo que «ratifica que es una apertura testimonial».
«Tiene valor simbólico y predispone mejor para encarar algo más para el 2021 ya que afloja tensiones saber que la del espectáculo ya no es actividad clausurada», se explayó Rottemberg en comunicación con Télam.
Justamente el empresario habilitó una de las salas de su complejo Multiteatro para allí darle escenario a «El acompañamiento», clásico de Carlos Gorostiza, protagonizado y dirigido por Luis Brandoni en compañía de David Di Napoli.
La otra apertura fue en el Teatro Broadway donde se estrenó la comedia «Un estreno y un velorio» que encabeza Flavio Mendoza junto a Nicolás Scarpino, Raúl Lavié, Carmen Barbieri y Georgina Barbarossa.
Esta noche, además, el el mítico San Martín abrirá las puertas de su sala Casacuberta para re-inaugurar con una función para invitados «Happyland», espectáculo escrito por Gonzalo Demaría y dirigido por Alfredo Arias, que se estrenó la temporada pasada y que a partir del viernes 20 a las 20.30 ofrecerá funciones para público general.
También la semana próxima será la vuelta de la actividad a uno de los teatros del Paseo La Plaza donde se repondrá «Después de nosotros», co-escrito y estelarizado por Julio Chavez y Alejandra Flechner bajo dirección de Daniel Barone en el Paseo La Plaza, inquietante pieza que se estrenó a mediados de enero.
«Ante la pregunta recurrente sobre si es sustentable económicamente este regreso, con aforo limitado y demás costos para adaptarnos al protocolo sanitario, queda a la vista la realidad negativa que antecede a la respuesta», especificó Rottemberg.
Pero el propio teatrista aportó una respuesta mejor: «Sin embargo, escuchar hasta el llanto mismo a actrices, actores, músicos, técnicos y más personas de la profesión en esa madrugada confirmó -además de la angustia contenida en estos meses- que haber trabajado a conciencia, privilegiando lo sanitario, hoy nos premia en la cuota parte que nos toca a cada uno por el trabajo realizado. El desahogo de tanta gente justifica ampliamente la tarea realizada».
Aún con la incertidumbre que genera la pandemia y sus oleadas, Rottemberg apuntó a «lograr ir moviendo esta rueda despacio pero sostenidamente, poniendo ingenio en ir logrando hacer coincidir las necesidades de trabajadores y empresas para ensamblarlas con los posibles futuros espectadores. Cosa que no será tarea sencilla».
Y mirando más lejos de su propio entorno con salas reputadas en Buenos Aires y Mar del Plata, alertó que «el punto al que hay que prestarle más atención es al movimiento teatral independiente, el de las salas pequeñas, que si bien ha participado en estas gestiones y consensos es quien tiene menos plafón para su subsistencia».