El misionero Néstor Pitana tuvo una muy buena actuación en el primer duelo de cuartos de final del Mundial, en el que se enfrentaron Uruguay y Francia, que terminó con triunfo de los franceses por 2 a 0.
“Suárez, vení para acá. No me gusta, eh. No me gusta”. La lectura de labios fue clara. El juez argentino advirtió rápidamente al 9 de Uruguay, un jugador complicado a la hora de acatar órdenes arbitrales, y le dejó bien en claro que él no iba a soportar caras raras ni gestos elocuentes.
Y así fue su performance. Siempre encima de la jugada, sin cortar el juego permanentemente y dejando jugar, entendiendo que se trata de un juego de roce constante.
En un córner, se paró frente a Umtiti y Godín y les hizo la seña del VAR, para explicarles que no iba a andar con mucha vuelta: si veía algo, iba a pedirle ayuda a la tecnología e iba a sancionar penal.
Así, Pitana llega bien parado a la definición para ver quién será el árbitro de la final del Mundial, quizás el mayor premio o reconocimiento que puede tener un juez a lo largo de su carrera.
El último en haberlo conseguido fue Horacio Elizondo, quien dirigió la final del Mundial de Alemania 2006, en la que se enfrentaron Italia y Francia, que fue muy recordada por el histórico cabezazo de Zidane a Matterazzi.