Desde el inicio de la pandemia, acumula 95.355 personas contagiadas y 732 fallecidos
En medio de un intenso repunte de casos de coronavirus, el Gobierno interino libanés anunció este martes un confinamiento «total» durante dos semanas, una estrategia que busca mitigar el avance del virus que ya contagió a más de 95.000 personas en el país, amenaza la capacidad del sistema sanitario y profundiza aún más la crisis.
La nueva medida se comunicó luego de que el primer ministro saliente, Hassan Diab, alertara hoy que el país había atravesado una «línea roja» y que los hospitales estaban al máximo de su capacidad, y a pesar de los «daños económicos».
«Nos encontramos en una situación peligrosa por la incapacidad de los hospitales públicos y privados de acoger a pacientes en estado crítico», declaró Diab. «Tememos que llegue un momento en el que la gente se muera en la calle. Por lo que hemos tomado hoy la decisión de cerrar completamente», añadió citado por la agencia de noticias AFP.
Estarán exceptuados del confinamiento quienes trabajen en «sectores esenciales y de salud», informó Diab, sin precisar más detalles.
Según los medios locales, este cierre tampoco afectará al transporte aéreo, las panaderías, bancos, compañías nacionales de electricidad, las comunicaciones o las fábricas. Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, Líbano acumula 95.355 personas contagiadas y 732 fallecidos.
El país atravesó la primera ola del virus entre marzo y junio pasado, pero pudo ser controlada gracias a un confinamiento precoz. Sin embargo, con la relajación de las medidas durante el verano en el hemisferio norte, la apertura de los comercios y la explosión del puerto de Beirut, el pulmón de la economía libanesa, los contagios volvieron a incrementarse.
«Conozco la dimensión de los daños económicos que causará este cierre», declaró Diab, y enfatizó: «Sin protección sanitaria, no se pueden garantizar los medios de subsistencia». Actualmente Líbano marca récords de contagios diarios pese a haber aislado a decenas de pueblos y ciudades.
Esto se suma a la precaria situación que atraviesan los trabajadores de la salud, donde 1.500 miembros de personal médico ya contrajeron el virus. La situación se agrava con la estadística brindada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a finales de octubre, cuando comunicó que el 88% de las 305 plazas de cuidados intensivos del país estaban ocupadas.