Lo aseguró el titular de la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer), Juan Facciano, en diálogo con CLG Radio. Advirtió que el sector está paralizado y que podrían cerrar plantas
La industria de biocombustibles atraviesa un duro momento a raíz de la paralización del sector, que podría llevar al cierre de algunas de las 54 plantas que hay en todo el país, dado que no llegan a cubrir los costos de producción. La advertencia la hizo la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer) a través de un comunicado, y su titular Juan Facciano, habló con CLG Radio.
«Hay un norte bien marcado en todo el mundo de una migración de las energías hacia una alternativa más limpia que es la que traen aparejadas las renovables y los biocombustibles en particular, pero lamentablemente el gobierno nacional está tomando una postura totalmente opuesta, lo que genera preocupación e incertidumbre», comenzó diciendo Facciano.
El titular de Casfer aseguró que «no hay ningún motivo razonable, legal o económico que justifique la decisión del gobierno nacional de tener congelada a una industria que lo que hace es desarrollar economías regionales, agregar valor en origen, contribuir a la diversificación de la matriz energética y la sustitución de importaciones».
Desde la cámara argumentan que hay un fuerte atraso en los precios y que la situación está relacionada con Vaca Muerta, aunque sostienen que no pretenden competir con el yacimiento petrolífero, sino trabajar en conjunto para «completar la matriz energética».
«Somos un país al que nos falta combustible, más del 30% del aceite que consumimos es importado. Y cada litro de biodiesel que por decisión del gobierno nacional no se comercializa en el mercado local es un litro de gasoil importado, son dólares que se van, entonces hay un contrasentido: por un lado se pregona que hay que sustituir importaciones y cuidar las divisas y por otro lado se dilapidan», criticó Facciano.
El referente del sector contó Argentina tiene una capacidad instalada de biodiesel de 4 millones y medio de toneladas, pero que «más del 70% está ocioso». «Todo lo que estamos haciendo no está teniendo los resultados que esperábamos porque nuestro sector está paralizado desde hace 120 días, como así también el bioetanol de caña y de maíz», remarcó. En total, a nivel racional hay 54 plantas de biocombustibles en más de 10 provincias, de las cuales 27 son de biodiesel, distribuidas en 6 provincias. «En Santa Fe la industria genera diez mil puestos de trabajo», afirmó.
«Para que no cierren plantas el gobierno nacional tendría que cumplir la ley, darle trazabilidad y previsibilidad a un régimen que fue creado en el año 2006 durante el gobierno de Néstor Kirchner y que establece una política de estado de alcance nacional y federal», indicó Facciano, y continuó: «Hoy la respuesta del Estado es un rechazo a todas las propuestas que hemos hecho, pretende que trabajemos con un precio que está por debajo del costo de la materia prima».
Por eso, lanzó: «Hay una decisión del gobierno nacional de que desaparezca la industria de los biocombustibles. Algunas empresas que no facturan desde hace más de 4 meses, y si bien el diálogo sigue abierto, las consecuencias están a la vista: plantas paradas, suspensiones, despidos, concursos preventivos y quiebras». Por último, el titular de Casfer reconoció el apoyo del gobierno provincial, pero dijo que las gestiones con Nación todavía no dieron frutos.