CLG dialogó con Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, quien manifestó su preocupación por la situación comercial: "En el mejor de los casos se está vendiendo un 35% de lo normal"
El impacto económico de la pandemia es casi tan preocupante como el sanitario, y eso se está viendo reflejado en casi todos los sectores de la economía argentina. El comercio es una de las áreas más afectadas, lo que se traduce en un preocupante crecimiento de locales cerrados en Rosario y el país. En este contexto, CLG dialogó con Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
En medio de esta preocupante situación, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) informó este domingo que las ventas en los comercios minoristas registraron en octubre una caída del 14,9% respecto a igual mes de 2019 en base a la medición de cantidades de productos vendidas tanto en la modalidad online como en los locales físicos.
«Lamentablemente llevamos contabilizados más de 60.000 locales cerrados en todo el país a partir de la pandemia. No es más ni menos que el producto de una situación donde el poder adquisitivo ha quedado disminuido y donde el comercio, en el mejor de los casos, está vendiendo alrededor del 35% de lo que vendía en forma habitual», comenzó explicando Diab.
«En consecuencia, el tiempo que estuvieron cerrados, la no recuperación, las deudas que se generaron tanto impositivas como financieras, alquileres y el ATP que en algunos casos no llegó, hacen que las pequeñas unidades de negocio que normalmente vivían día a día hoy no puedan hacerlo y lamentablemente eso genera lo que hoy vemos: locales cerrados», añadió.
Con respecto a lo que avizoran para el futuro a corto y mediano plazo, Diab señaló: «No sabemos cuándo terminará la pandemia ni quiénes quedaremos, pero si no hay un aporte de algún sector del Estado en sostener a las pequeñas empresas con su personal dentro, va a ser muy difícil pensar en cualquier otro tipo de estrategia. Si pensáramos que esto es una mala praxis del sector empresarial o especulación, sería un tema corregible, pero corregir las expectativas y el interés de consumo es mucho más difícil».
«Desde nuestro sector podemos hacer el mayor esfuerzo posible por dar el mejor producto con el mejor precio y financiamiento, pero el incentivo del consumo viene muy atado a la expectativa y al poder adquisitivo. Trabajamos día a día», concluyó.
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